La creencia en las visitas de extraterrestres a la Tierra está ganando cada vez más atención y se está volviendo cada vez más extendida. Alrededor de una quinta parte de los ciudadanos del Reino Unido cree que los extraterrestres ya han visitado nuestro planeta, y alrededor del 7 % cree haber visto un OVNI. En los Estados Unidos, esas cifras son aún mayores y están aumentando. El número de personas que creen que los avistamientos de OVNIs son pruebas de la existencia de vida extraterrestre aumentó del 20 % en 1996 al 34 % en 2022. Incluso el 24 % de los estadounidenses afirma haber visto un OVNI.

Este fenómeno es interesante dado que no tenemos ninguna evidencia de la existencia de extraterrestres. Además, dado que las enormes distancias entre los sistemas estelares, parece extraño que solo nos enteremos de ellos a través de sus visitas. Es mucho más probable que la evidencia de extraterrestres provenga de señales de planetas lejanos. Sin embargo, a pesar de la falta de pruebas sólidas, la creencia en las visitas de extraterrestres está creciendo hasta el punto en que los políticos, al menos en los Estados Unidos, sienten la presión de responder.

En abril de 2024, la publicación de información sobre fenómenos anómalos no identificados (UAP) por parte del Pentágono atrajo mucha atención. Esta información llega en el contexto de un interés público de larga data por los OVNIs, que experimentó un aumento significativo después de que las autoridades estadounidenses hicieron públicas parte de sus archivos. Lo que resulta particularmente interesante es que las iniciativas políticas para revelar más información sobre los UAP han obtenido apoyo bipartidista en el Congreso, lo que hace que este tema sea aún más relevante para el público en general.

En 2023 se creó la Oficina para la Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO), encargada de recopilar y analizar informes sobre OVNIs. Sin embargo, a pesar del gran número de informes, hasta ahora no se han encontrado pruebas convincentes que respalden las teorías sobre visitas extraterrestres. Los informes recientes de febrero de 2024 indicaron claramente que no hay pruebas que confirmen la existencia de tecnologías extraterrestres en posesión del gobierno o de empresas privadas, a pesar de las afirmaciones de algunos exmiembros del Pentágono.

Toda esta información y su difusión a través de los medios de comunicación están alimentando nuevas teorías de conspiración que podrían socavar aún más la confianza en las instituciones democráticas. Aunque algunos ejemplos, como el llamado a "asaltar" el Área 51, fueron inicialmente vistos como una broma, eventos reales como el ataque al Capitolio en 2021 muestran lo peligrosas que pueden ser estas ideas.

Al mismo tiempo, la creciente popularidad de las teorías sobre los OVNIs dificulta la comunicación científica legítima sobre la posibilidad de encontrar vida extraterrestre en forma de microorganismos. La astrobiología, como ciencia que se ocupa de estas cuestiones, se enfrenta a desafíos debido a la falta de apoyo público y presencia mediática en comparación con la ufología. Los medios populares, como el canal de YouTube "History", que transmite programas sobre "extraterrestres ancestrales", tienen millones de suscriptores, mientras que los canales oficiales de la NASA apenas llegan a unos pocos miles.

Uno de los problemas con estas narrativas es su tendencia a reescribir la historia y la mitología de los pueblos indígenas. Las historias de extraterrestres a menudo se superponen con mitos antiguos, reinterpretándolos de una manera que apoya la idea de tecnologías avanzadas en posesión de esos pueblos. Este fenómeno puede suprimir las tradiciones auténticas y amenazar la preservación de los verdaderos relatos históricos y culturales.

También es importante señalar que la narrativa moderna sobre las visitas extraterrestres no surgió dentro de las comunidades indígenas, sino que en parte surgió de intentos de explicar las civilizaciones complejas que existieron antes de la colonización europea. Con el tiempo, esta narrativa se transformó en historias que glorifican a los pueblos indígenas como antiguos poseedores de tecnología avanzada. Sin embargo, tales intentos de reinterpretar la historia a menudo ignoran o reescriben los hechos culturales e históricos reales.

Si todo esto hubiera permanecido en la esfera de la ficción entretenida, tal vez no habría sido un problema. Pero cuando estas narrativas comienzan a tomarse en serio, pueden tener consecuencias reales y perjudiciales. Esto es especialmente preocupante porque estas narrativas se están mezclando cada vez más con teorías de conspiración, creando una ignorancia peligrosa que puede afectar al público en general y su percepción de la realidad.

Es cada vez más evidente que la creencia en las visitas de extraterrestres ya no es solo una especulación divertida, sino algo que tiene consecuencias reales y potencialmente peligrosas. Independientemente de si estas afirmaciones alguna vez se prueban o refutan, su impacto en la sociedad ya es visible y significativo.