Corea del Norte ha vuelto a provocar tensiones globales lanzando misiles balísticos el 26 de octubre de 2024, como parte de provocaciones militares continuas que el régimen de Kim Jong-un ha llevado a cabo durante meses. Los misiles fueron lanzados desde el área de Pyongan hacia el mar oriental, con la confirmación de los ejércitos surcoreano y japonés, que detectaron los vuelos sobre la península de Corea. Este acto llega en un momento en que Kim Jong-un enfatiza la necesidad de fortalecer el poder militar nuclear y convencional para disuadir las amenazas que provienen de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos.

Amenaza de seguridad regional

Expertos de Corea del Sur y Japón advierten que tales movimientos representan una amenaza significativa para la estabilidad de la región. El estado mayor militar de Corea del Sur, junto con aliados estadounidenses, monitorea cada actividad de Corea del Norte, y sus sistemas de defensa están completamente preparados para responder a cualquier provocación. Según estimaciones de analistas de defensa japoneses, los últimos misiles norcoreanos alcanzaron una altitud de 50 kilómetros y cubrieron una distancia de más de 300 kilómetros antes de caer al mar, fuera de la zona económica de Japón.

Kim Jong-un ha enfatizado que tales ejercicios se realizan para garantizar la preparación del ejército para una respuesta rápida y precisa en caso de necesidad. En este contexto, el líder norcoreano elogió el progreso en el desarrollo de una nueva serie de misiles balísticos Hwasongpho-11-Da-4.5, que están equipados con una cabeza de guerra convencional de super tamaño. KCNA, la agencia estatal de Corea del Norte, informó que estos misiles son parte de un plan a largo plazo para mejorar las capacidades militares del país, y los lanzamientos se realizan para probar su efectividad en condiciones reales.

Impacto en la estabilidad geopolítica

Corea del Sur y Estados Unidos están llevando a cabo ejercicios militares conjuntos en la región, destinados a disuadir a Corea del Norte de realizar más acciones agresivas. Pyongyang interpreta estas actividades como preparativos para la guerra, mientras que las fuerzas aliadas afirman que las maniobras son de carácter puramente defensivo. Kim Jong-un declaró que Corea del Norte no tolerará actividades militares "agresivas" en su vecindad y continuará desarrollando capacidades ofensivas para garantizar la seguridad nacional.

El gobierno japonés ha condenado enérgicamente los lanzamientos norcoreanos como violaciones de las resoluciones internacionales de seguridad y una amenaza para la seguridad regional. El ministro de Defensa de Japón declaró que este acto es una señal clara de escalada y anunció medidas adicionales para fortalecer el sistema de defensa antimisiles japonés. La cooperación aliada entre Corea del Sur, Japón y Estados Unidos se ha intensificado, y se llevan a cabo operaciones conjuntas para monitorear y recopilar datos sobre cada prueba norcoreana.

Vínculo entre Corea del Norte y Rusia

Estos lanzamientos llegan en un momento de fortalecimiento de los lazos militares entre Corea del Norte y Rusia. Los analistas de la región creen que Pyongyang está utilizando esta alianza para mejorar sus propias capacidades militares, y hay informes sobre el envío de armas y equipo militar norcoreano a Rusia. Aunque ambos países niegan cualquier comercio ilegal de armas, fuentes independientes sugieren que los sistemas de misiles norcoreanos pueden estar siendo utilizados en conflictos en Ucrania, lo que complica aún más la situación geopolítica.

El régimen norcoreano está desarrollando obstinadamente sus sistemas de misiles, a pesar de las sanciones y condenas internacionales. Solo este año, Corea del Norte ha realizado decenas de pruebas, y los expertos advierten que podría haber pruebas nucleares si la tendencia actual continúa. Los aliados surcoreanos y estadounidenses afirman que están preparados para responder a cualquier forma de amenaza, enfatizando la importancia de las medidas de defensa conjuntas y los sistemas de alerta temprana.