El mundo de la modificación corporal está en constante evolución, ofreciendo formas cada vez más innovadoras y sutiles de expresar la individualidad. Una de las tendencias que ha ganado una popularidad excepcional en los últimos años es el piercing dérmico, también conocido como piercing microdermal. A diferencia de los piercings tradicionales que tienen un punto de entrada y salida, el dérmico presenta un concepto único: una joya que parece estar colocada directamente sobre la superficie de la piel, sin una conexión visible. Esta técnica permite colocar joyas en casi cualquier área plana del cuerpo, abriendo la puerta a un sinfín de posibilidades de adorno, desde el escote y el rostro hasta la espalda y las caderas. Es precisamente esta versatilidad y elegancia minimalista lo que lo convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan algo diferente a un piercing clásico.
¿Qué es exactamente un piercing dérmico?
Un piercing dérmico es, en esencia, un tipo único de piercing de superficie. Su diferencia fundamental radica en la forma en que se coloca y se ancla la joya. Consta de dos partes clave: la base, o ancla (en inglés anchor), y la parte superior decorativa visible (en inglés top). La base es una pequeña placa plana, generalmente de titanio biocompatible, que se inserta debajo de la capa superficial de la piel, la dermis. De esta base sobresale verticalmente un pequeño poste roscado en el que se atornilla la parte superior decorativa intercambiable. Una vez que el tejido cicatriza alrededor de la base, esta queda firmemente anclada, creando la impresión de que la joya simplemente "descansa" sobre la piel. Debido a este método, el piercing dérmico se considera una modificación semipermanente, ya que su extracción requiere ayuda profesional. Es esta técnica la que permite colocar joyas en lugares donde un piercing tradicional no es factible, como el esternón, la clavícula o incluso en los dedos, aunque estas áreas son más propensas a riesgos debido al movimiento constante.
El procedimiento de inserción: Precisión y experiencia en primer lugar
El procedimiento de inserción de un piercing dérmico requiere una precisión excepcional, condiciones estériles y, lo más importante, un artista de piercing experimentado y certificado. Acudir a una persona no cualificada puede provocar complicaciones graves, como infecciones, un crecimiento incorrecto y cicatrices permanentes. El proceso en sí comienza con una consulta detallada durante la cual se elige la posición ideal y la joya adecuada.
Antes del procedimiento en sí, la piel de la zona seleccionada se limpia y desinfecta a fondo. Existen dos métodos principales para crear el "bolsillo" en el que se inserta el ancla:
- Método con aguja: Se utiliza una aguja de piercing estándar para crear una abertura y un pequeño bolsillo subcutáneo en el que luego se inserta cuidadosamente la base del ancla. Este método es más común y muchos lo consideran menos invasivo.
- Método con dermal punch: Se utiliza una herramienta médica especializada conocida como dermal punch, que extrae una pequeña pieza circular de tejido. En el espacio creado se coloca directamente el ancla. Esta técnica asegura un ajuste más preciso del ancla, lo que potencialmente reduce el riesgo de rechazo, pero se considera algo más invasiva.
Una vez que el ancla está colocada de forma segura debajo de la piel, el artista le coloca la parte superior decorativa elegida. Todo el procedimiento es relativamente rápido y dura solo unos minutos. El dolor es individual, pero la mayoría de las personas lo describen como un pinchazo breve y agudo, similar a la sensación de un piercing estándar o de recibir una inyección.
Ubicaciones populares para los piercings dérmicos
Una de las mayores ventajas de los piercings dérmicos es su versatilidad. Se pueden colocar en casi cualquier superficie plana del cuerpo, lo que permite crear patrones y combinaciones únicos. Algunas de las ubicaciones más populares incluyen:
- Pecho y escote: La zona del esternón es extremadamente popular, donde uno o más dérmicos crean un acento elegante y atractivo.
- Rostro: A menudo se coloca en los pómulos, encima o debajo de las cejas, o en el hoyuelo sobre el labio (el llamado dérmico "Monroe" o "Madonna"). Es especialmente popular el piercing "anti-eyebrow", que se coloca en el pómulo debajo del ojo.
- Cuello y espalda: La nuca es una ubicación muy solicitada, al igual que la parte baja de la espalda, donde los dérmicos pueden acentuar la línea de la columna vertebral o crear patrones simétricos.
- Caderas y abdomen: Un lugar popular para acentuar las curvas del cuerpo, a menudo se colocan simétricamente a ambos lados.
- Manos y dedos: Aunque son estéticamente muy atractivos, los dérmicos en las manos, y especialmente en los dedos, están expuestos a un alto riesgo de engancharse, desplazarse y ser rechazados debido al uso y movimiento constantes.
Cuidados y proceso de cicatrización: La clave para la longevidad de tu adorno
Un cuidado adecuado después de la inserción es absolutamente crucial para una cicatrización exitosa y la durabilidad del piercing dérmico. El período inicial de recuperación es el más crítico. Inmediatamente después del procedimiento, el piercing se cubrirá con un pequeño apósito que se recomienda llevar durante los primeros días para evitar que se enganche en la ropa y que entre suciedad. El proceso de cicatrización puede durar de uno a tres meses, y a veces más, dependiendo de la ubicación y de la capacidad de regeneración de cada individuo.
Las pautas básicas de cuidado incluyen:
- Limpieza: De dos a tres veces al día, el área alrededor del piercing debe limpiarse cuidadosamente con una solución salina estéril. La solución se aplica sobre una gasa estéril con la que se da toques suaves en la zona. Evite frotar de forma agresiva.
- Evitar la contaminación: Nunca toque el piercing con las manos sucias. Evite el uso de agentes agresivos como el alcohol, el peróxido de hidrógeno o las pomadas antibióticas, ya que pueden irritar la piel y retrasar la cicatrización.
- Cuidado al vestirse: Tenga mucho cuidado al vestirse, desvestirse y secarse con una toalla. Un dérmico puede engancharse fácilmente, lo que puede provocar irritación, daño en los tejidos o incluso un desgarro completo. Se recomienda usar ropa más holgada que no ejerza presión sobre el piercing.
- Restricciones: Durante las primeras semanas, evite bañarse en piscinas, lagos, el mar y jacuzzis para prevenir el riesgo de infecciones bacterianas.
Es importante vigilar el estado del piercing. Un ligero enrojecimiento y sensibilidad en los primeros días son normales, pero si nota un aumento del dolor, hinchazón, secreción de pus o un enrojecimiento inusual que se extiende, contacte inmediatamente a su artista de piercing o a un médico.
Posibles riesgos y complicaciones
Aunque el piercing dérmico es relativamente seguro cuando lo realiza un profesional, como cualquier modificación corporal, conlleva ciertos riesgos. La complicación más común es el rechazo y la migración. Este es un proceso en el que el cuerpo reconoce la joya como un cuerpo extraño y la empuja gradualmente hacia la superficie de la piel. Los signos de rechazo incluyen el adelgazamiento de la piel sobre el ancla, el desplazamiento de la joya de su posición original y la visibilidad de la base a través de la piel. Desafortunadamente, una vez que comienza el proceso de rechazo, no se puede detener, y la única solución es retirar el piercing para minimizar la cicatriz.
Otros riesgos incluyen:
- Infecciones: Pueden producirse por una higiene inadecuada durante la inserción o por un cuidado incorrecto posterior.
- Cicatrices: Después de la extracción o el rechazo, quedará una pequeña cicatriz en el lugar del piercing. También existe el riesgo de que se formen cicatrices hipertróficas o queloides en personas propensas a ellas.
- Trauma físico: Un fuerte enganche o un golpe puede dañar el tejido circundante, causar sangrado y, en el peor de los casos, arrancar completamente la joya de la piel.
- Inserción incorrecta: Si el ancla no se coloca a la profundidad correcta, puede quedar demasiado profunda o demasiado superficial, lo que aumenta las posibilidades de complicaciones y rechazo.
Extracción de un piercing dérmico
A diferencia de un piercing tradicional, un dérmico no se puede simplemente quitar. El proceso de extracción debe ser realizado exclusivamente por un piercer profesional o un profesional médico. El procedimiento generalmente implica una pequeña incisión con un bisturí junto a la base del piercing para liberar el ancla que se ha fusionado con el tejido. Aunque suene doloroso, el procedimiento es rápido y se realiza con anestesia local si es necesario. Después de la extracción, queda una pequeña herida en el lugar, que con el tiempo cicatrizará y se convertirá en una cicatriz discreta.
Hora de creación: 5 horas antes