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La NASA prueba la misión Fly Foundational Robots con un brazo robótico comercial para una nueva infraestructura espacial

Descubre cómo la NASA, a través de la misión Fly Foundational Robots, prueba desde 2027 en la órbita terrestre baja un brazo robótico comercial, nuevas formas de servicio satelital y construcción de infraestructura espacial, y abre el camino a una presencia humana permanente en la Luna y Marte y al desarrollo de la futura economía espacial.

La NASA prueba la misión Fly Foundational Robots con un brazo robótico comercial para una nueva infraestructura espacial
Photo by: NASA/ nasa.gov

Misión Fly Foundational Robots de la NASA: un brazo robótico comercial abre una nueva fase de la infraestructura espacial


La NASA y sus socios industriales preparan la primera demostración de un brazo robótico comercial en la órbita terrestre baja como parte de la misión Fly Foundational Robots (FFR), cuyo lanzamiento está actualmente planeado para finales de 2027. Se trata de un paso tecnológico clave para futuras operaciones de servicio, ensamblaje y fabricación en el espacio – un área considerada el fundamento de una presencia humana sostenible en la Luna, Marte y en el sistema solar en general.


La misión FFR es parte de la cartera In-space Servicing, Assembly, and Manufacturing (ISAM) de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial de la NASA. A diferencia de algunos proyectos anteriores extremadamente complejos, este demostrador se apoya conscientemente en componentes comerciales y empresas ágiles, con un objetivo específico: mostrar que las operaciones robóticas sofisticadas pueden realizarse de manera confiable, escalable y a un costo menor que antes.


Brazo robótico comercial de Pasadena como “trabajador en órbita”


En el centro de la misión se encuentra un brazo robótico suministrado por una pequeña pero altamente especializada empresa estadounidense, Motiv Space Systems de Pasadena en California. El sistema fue desarrollado a través del programa Small Business Innovation Research (SBIR) fase III, lo que significa que se basa en tecnología que ya ha pasado múltiples rondas de verificaciones y demostraciones.


El brazo robótico está construido para una serie de tareas exigentes en ingravidez y condiciones de gravedad parcial: desde el agarre y manipulación finamente ajustados de diversas herramientas, pasando por el manejo de equipos sensibles, hasta el “caminar” por la estructura de la nave espacial mediante puntos de anclaje especiales. Tal diseño permite que la misma plataforma se utilice para un amplio espectro de futuras misiones – desde la inspección y reparación de satélites hasta el ensamblaje de estructuras más grandes como paneles solares o antenas de comunicación directamente en órbita.


El brazo de Motiv se integrará en una nave espacial suministrada por la empresa Astro Digital de Littleton en Colorado. Servirá como un “laboratorio volador” – un campo de pruebas orbital donde se examinará cómo reacciona el robot a las condiciones reales en el espacio, cómo soporta los extremos de temperatura y radiación y cuán confiablemente funciona en un entorno a largo plazo sin servicio desde la Tierra.


La prueba orbital se organiza a través del programa Flight Opportunities de la NASA, mediante el cual la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial asegura a las empresas más pequeñas y equipos de investigación el acceso a vuelos para la demostración temprana de soluciones innovadoras. Esto acelera la transición del prototipo de laboratorio a la tecnología lista para su instalación en misiones operativas.


El papel de los centros de la NASA: de Washington a Greenbelt y Edwards Field


La misión Fly Foundational Robots será gestionada por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, en el estado de Maryland, uno de los centros clave para el desarrollo de tecnologías espaciales y robótica. Goddard ha sido portador de proyectos en el campo del servicio satelital durante décadas, incluida la ahora cancelada misión OSAM-1, y la experiencia de ese trabajo se ha trasladado a la nueva generación de enfoques que representa FFR.


El programa ISAM que financia la misión se coordina desde la sede de la NASA en Washington, una ciudad que es, además del centro político de los EE. UU., también un foco importante para la política y la industria espacial. Para los visitantes de los museos científicos estadounidenses y congresos sobre política espacial en la capital, una dimensión práctica adicional la tienen también las ofertas de alojamiento en Washington cerca de instituciones clave, donde a menudo se encuentran representantes de agencias, industria y la comunidad científica.


Las pruebas operativas dentro del programa Flight Opportunities serán llevadas a cabo por el Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA en Edwards, California, que tiene una larga historia de pruebas de aeronaves experimentales y nuevas tecnologías en vuelo. Armstrong monitoreará el rendimiento del brazo robótico de Motiv, analizará los datos y los comparará con las expectativas definidas antes del lanzamiento.


De OSAM-1 a FFR: cómo la NASA redefinió la estrategia de servicio espacial


Fly Foundational Robots llega en un momento en que la NASA está remodelando el enfoque del servicio espacial tras la cancelación del proyecto OSAM-1 en 2024. OSAM-1 debía demostrar el complejo reabastecimiento de combustible del satélite Landsat 7 y el ensamblaje de una gran antena en órbita, pero la misión fue terminada debido a una combinación de desafíos técnicos, de costos y de tiempo.


A pesar de ese movimiento, la Agencia no ha renunciado a los objetivos – al contrario, la documentación oficial enfatiza que la NASA sigue siendo un “defensor clave de las actividades de desarrollo en el campo de las tecnologías ISAM” y busca formas más flexibles, modulares y comercialmente sostenibles para implementar los mismos conceptos con menor riesgo. FFR encaja precisamente en tal estrategia: promueve el uso de equipos comerciales, comparte costos y riesgos con socios industriales y se concentra en una demostración claramente definida pero significativa en órbita.


Tal giro encaja también en la tendencia más amplia de la industria espacial, donde un número creciente de empresas privadas desarrolla sus propias soluciones para el servicio, inspección y desorbitación de satélites, mientras que las agencias gubernamentales se esfuerzan por establecer estándares, certificar tecnologías y asegurar la interoperabilidad. FFR es en este sentido un paso importante porque define un punto de referencia – una prueba real en órbita – con el que se compararán otros sistemas y enfoques.


Cómo se verá la demostración en órbita


Aunque los escenarios operativos precisos aún están en desarrollo, la NASA ha anunciado varios grupos clave de tareas que el brazo robótico de Motiv ejecutará en órbita. Entre ellos están el agarre y manipulación precisos de objetos estandarizados, el reemplazo de “pseudo-módulos” que imitan partes de satélites, el cambio autónomo entre diferentes puntos de anclaje en la nave y el uso de diferentes herramientas sin intervención humana constante.


Parte de las operaciones serán totalmente autónomas, guiadas por algoritmos en la propia nave, mientras que otras se realizarán por teleoperación desde centros de control en la Tierra, probablemente desde Goddard y otras instalaciones de la NASA. Esto prueba toda la cadena – desde el software y sensores en el brazo, pasando por los retrasos y limitaciones de comunicación, hasta las interfaces en las salas de control y los procedimientos que deben usar los ingenieros y operadores.


Se prestará especial atención a la seguridad: el brazo robótico debe demostrar que puede trabajar en proximidad inmediata a equipos sensibles sin riesgo de colisión, impacto o movimientos incontrolados. Cada maniobra pasará primero por simulaciones y “gemelos digitales” del sistema, un enfoque que la NASA ya utiliza intensivamente en otras plataformas robóticas en órbita.


“Roboticistas invitados”: una nueva oportunidad para equipos estadounidenses


Uno de los aspectos más interesantes de FFR es el concepto de “guest roboticists” – roboticistas invitados. La NASA planea abrir la posibilidad para que equipos de investigación y empresas de los Estados Unidos envíen sus propios escenarios, algoritmos y tareas experimentales que podrían ejecutarse en la plataforma de Motiv durante la duración de la misión. La Agencia será el primer operador invitado, pero ya está buscando otros socios interesados de la comunidad académica y la industria.


Tal modelo de colaboración es similar al que la NASA ya ha desarrollado en la Estación Espacial Internacional (ISS) a través de los robots Astrobee – pequeñas unidades cúbicas de vuelo libre a las que científicos y estudiantes de diferentes universidades pueden enviar sus propios algoritmos de navegación, inspección o manipulación de objetos. Estos sistemas ya se han utilizado para probar inteligencia artificial que planifica independientemente trayectorias a través de los estrechos pasillos de la ISS, reduciendo así la necesidad de control humano constante.


De manera similar, FFR puede convertirse en un “laboratorio orbital” para la investigación de nuevos enfoques de la robótica en el espacio, incluyendo la aplicación de algoritmos avanzados de aprendizaje automático, el trabajo cooperativo de un mayor número de robots u operaciones híbridas en las que los robots asumen tareas peligrosas y rutinarias, mientras que los humanos intervienen solo en momentos críticos.


De Canadarm a FFR: continuidad y salto en capacidades


La NASA y sus socios internacionales ya llevan décadas utilizando brazos robóticos en el espacio. El sistema canadiense Canadarm2 y el robot Dextre en la ISS se han convertido en herramientas clave para el ensamblaje de la estación, la captura de naves de carga y la realización de reparaciones complejas sin caminatas espaciales. Estas plataformas ya reemplazan hoy gran parte de lo que antes hacían los astronautas en trajes espaciales, con menor riesgo y menor costo.


El nuevo paso que trae FFR es la transición de sistemas robóticos individuales y específicamente diseñados a brazos más genéricos y comerciales que pueden adaptarse a diferentes misiones y socios. Mientras que Canadarm2 y Dextre fueron construidos principalmente para la ISS, el brazo de Motiv está construido como una plataforma modular que en el futuro puede ser adoptada por un operador satelital comercial, la NASA, otra agencia gubernamental o un socio internacional.


Este cambio es también importante para futuras misiones dentro del programa Artemis, en el que EE. UU. y sus socios planean el establecimiento de una infraestructura más permanente en y alrededor de la Luna. Brazos robóticos similares al que probará FFR podrían algún día ensamblar elementos de la estación orbital lunar, instalar instrumentos en la superficie, construir y mantener granjas solares o preparar zonas de aterrizaje.


Un nuevo tipo de “trabajador” para la economía espacial


Uno de los principales argumentos de la NASA y la industria de por qué FFR es importante es el desarrollo de la futura economía espacial. Si los robots en órbita pueden dar servicio a satélites, reabastecerlos de combustible, reemplazar módulos y mejorar gradualmente la infraestructura, ya no será necesario lanzar un nuevo satélite cada vez que uno viejo alcance el final de su vida útil. Esto significa menos basura espacial, menores costos y mayor flexibilidad para los operadores.


Las funciones que demostrará el brazo de Motiv en la misión FFR pueden potencialmente transferirse también a otros sectores. En la industria de la construcción, brazos robóticos avanzados podrían automatizar trabajos peligrosos en altura o en áreas contaminadas; en medicina, robots precisos ya ayudan a los cirujanos hoy en día, y las experiencias del espacio pueden mejorar aún más la seguridad y confiabilidad de tales sistemas. En el transporte, los sistemas robóticos autónomos ya son parte de las cadenas logísticas, y la tecnología desarrollada para FFR puede mejorar el trabajo de robots de almacén o drones de inspección.


Para las economías que invierten en tecnología espacial, incluida la Unión Europea, tales misiones crean nuevos nichos de mercado – desde fabricantes de componentes, pasando por empresas de software, hasta proveedores de servicios especializados de análisis de datos e integración de sistemas robóticos. En este contexto, las delegaciones políticas y empresariales que visitan Washington para acordar la cooperación espacial a menudo combinan reuniones oficiales con conferencias profesionales, por lo que las capacidades de alojamiento en Washington también están adaptadas a los visitantes de la industria espacial.


Seguridad, estándares y regulación: desafíos ante los robots en órbita


El progreso que trae FFR no es solo tecnológico; también abre una serie de cuestiones relacionadas con la seguridad y la regulación de las actividades espaciales. Los brazos robóticos que pueden acercarse a satélites ajenos o moverse cerca de sistemas de comunicación y navegación importantes deben respetar los acuerdos internacionales, los estándares de comportamiento en órbita y las directrices para evitar la basura espacial.


La NASA destaca que la demostración se realizará en su propia plataforma, con zonas de seguridad y procedimientos claramente definidos, pero a largo plazo se espera que tales tecnologías se conviertan en parte de un “sistema de sistemas” más amplio en el que múltiples estados y operadores privados compartirán protocolos comunes. El éxito de FFR podría servir en este sentido como un caso de referencia para el desarrollo de futuros estándares internacionales en el campo del servicio espacial y la robótica.


Un tema especial es también la ciberseguridad: cómo asegurar que los brazos robóticos no sean comprometidos por intrusiones maliciosas, que los comandos puedan ser encriptados y transmitidos de manera confiable a grandes distancias y que los sistemas puedan pasar autónomamente a un modo seguro si detectan una anomalía.


La imagen más amplia: de robots voladores en la ISS a robots en la Luna y Marte


Paralelamente a FFR, la NASA continúa desarrollando otras plataformas robóticas. En la ISS, los robots Astrobee llevan años probando nuevos algoritmos de movimiento y planificación autónoma de tareas, y recientemente fueron guiados por primera vez por un sistema de inteligencia artificial avanzado desarrollado en la Universidad de Stanford, que permite el cálculo de trayectorias seguras mucho más rápido que los métodos clásicos.


Las experiencias de estos sistemas, junto con el legado de Canadarm y Dextre, se vierten ahora en FFR, que representa un punto de inflexión: la transición del marco de una estación o una misión hacia un ecosistema más amplio de robots que algún día actuarán en el suelo lunar, en órbitas alrededor de Marte o en una red de estaciones espaciales comerciales. En algunos escenarios, los robots serán los primeros en “aterrizar” en las futuras ubicaciones de bases, prepararán el terreno, instalarán antenas y paneles solares y realizarán análisis geológicos y de ingeniería básicos antes de que lleguen los humanos.


En este contexto, la motivación detrás de la misión Fly Foundational Robots visiblemente trasciende los objetivos a corto plazo. La NASA quiere verificar si la nueva generación de sistemas robóticos comerciales puede transformarse en una herramienta estándar para futuros emprendimientos de investigación y comerciales – una herramienta que, si resulta exitosa, será tan común como lo son hoy los paneles solares, las antenas de comunicación o los sistemas de navegación en los satélites.


En Washington, donde se toman las decisiones clave sobre el presupuesto y las prioridades del programa espacial estadounidense, las discusiones sobre misiones como FFR son parte de una competencia más amplia sobre cómo se verá la economía espacial de la década de 2030. De si se invertirá en sistemas robóticos flexibles e infraestructura depende cuán rápido se hará realidad la visión de una presencia humana permanente en la Luna y el camino a Marte – y cuánto de esta nueva economía orbital lograrán captar también otros países, incluidos los actores europeos e inversores privados que viajan cada vez más a EE. UU., para quienes el alojamiento de calidad en Washington durante conferencias espaciales y negociaciones se vuelve cada vez más importante.


Fuentes:
- NASA – comunicado oficial sobre la misión Fly Foundational Robots y el brazo robótico comercial de Motiv Space Systems (enlace)
- SpaceDaily / Spaceflight Now – artículos sobre las pruebas de un brazo robótico comercial en órbita y el lanzamiento planeado para finales de 2027 (enlace)
- ExecutiveGov – resumen de la colaboración entre la NASA, Motiv Space Systems y Astro Digital dentro de la misión FFR (enlace)
- NASA – información oficial sobre la cancelación de la misión OSAM-1 y la continuación del desarrollo de tecnologías ISAM (enlace)
- Agencia Espacial Canadiense / NASA – datos sobre los sistemas robóticos Canadarm2 y Dextre en la ISS (enlace), (enlace)
- NASA / ISS National Lab / informes mediáticos – aplicaciones actuales de los robots Astrobee y experimentos recientes con inteligencia artificial en la ISS (enlace), (enlace), (enlace)

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Hora de creación: 6 horas antes

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