El terremoto en Rujevica resonó con más fuerza que cualquier cántico de victoria desde las gradas. Radomir Đalović, un hombre que como jugador, segundo entrenador y finalmente estratega escribió algunas de las páginas más brillantes de la historia del club, ya no es el entrenador del HNK Rijeka. La decisión, que sorprendió a muchos, aunque en las últimas semanas se sentía un nerviosismo latente debido a los malos resultados, marca el final abrupto de una era excepcionalmente exitosa, pero también breve. El experto montenegrino, que inculcó en el Rijeka su mentalidad combativa y apasionada, abandona el banquillo después de poco más de un año, dejando un legado que será recordado durante mucho tiempo: el histórico doblete y un avance europeo.
Fin de la colaboración tras éxitos históricos
La directiva del club de Kvarner decidió dar un paso radical y agradecer la colaboración al entrenador que en poco más de doce meses logró lo que muchos no consiguen en toda su carrera. El episodio de Radomir Đalović al frente del cuerpo técnico del Rijeka concluyó después de 52 partidos oficiales. Las estadísticas dicen que bajo su dirección, el equipo logró 23 victorias, empató 15 veces y sufrió 14 derrotas. Aunque las cifras a primera vista no parecen espectaculares, no cuentan toda la historia. Detrás de esas cifras se esconde una temporada de ensueño, una temporada en la que el Rijeka se proclamó campeón de Croacia por segunda vez en su historia, y confirmó su dominio en los campos nacionales al ganar también el trofeo de la Copa de Fútbol de Croacia SuperSport.
El camino de Đalović en Rijeka estuvo impregnado de una profunda conexión con el club. Muchos aficionados lo recuerdan como un delantero intransigente que dejaba el corazón en el campo. Su regreso al club como segundo entrenador fue una secuencia lógica, y tuvo la oportunidad de dirigir al equipo de forma independiente a principios de la temporada pasada. Pocos podían prever entonces que sería precisamente él el arquitecto de una de las temporadas más exitosas de la historia del club.
Una temporada para el recuerdo: Doblete y brillo europeo
La temporada pasada fue un auténtico cuento de hadas futbolístico para todos los aficionados del Rijeka. Bajo la dirección de Đalović, el equipo respiró con nuevos pulmones. Jugaba un fútbol atractivo, ofensivo y agresivo que rompía a los rivales. La lucha por el título de campeón fue incierta y agotadora, pero el Rijeka demostró carácter y fortaleza mental, soportando todas las presiones y al final levantando merecidamente el trofeo destinado al mejor equipo del país. La celebración se desbordó desde Rujevica a las calles de la ciudad, y Kvarner volvió a respirar por su club.
Como si el título de campeón no fuera suficiente, el equipo de Đalović añadió la «guinda al pastel» al ganar la Copa. En la final, en un encuentro tácticamente impecable, el Rijeka confirmó su dominio y se aseguró el histórico doblete. Fue la culminación de una generación y la confirmación de la acertada visión de la directiva, que depositó su confianza en su exjugador. Los éxitos en la escena nacional se vieron reforzados por un importante resultado europeo: la clasificación para la fase de grupos de la Liga Conferencia. Las noches europeas en Rujevica volvieron a ser una realidad, y el Rijeka se presentó en el gran escenario como un rival organizado y peligroso.
¿Qué salió mal?
La pregunta que inevitablemente surge es ¿cómo es posible que un entrenador con tales resultados sea despedido después de solo unos meses? La respuesta, como es habitual en el fútbol, reside en los resultados recientes. El inicio de la nueva temporada no estuvo a la altura de las enormes expectativas que se habían creado tras el éxito histórico. El equipo entró en una crisis de juego y resultados, y la impresión era que Đalović había perdido el control del vestuario. El juego se volvió predecible, faltaba la energía y el ardor que caracterizaron al equipo la temporada pasada, y varios tropiezos inesperados, especialmente en casa, encendieron las alarmas en Rujevica.
La gota que, según todo indica, colmó el vaso de la paciencia de la directiva fue el último fracaso en la liga. Las críticas del público y de los aficionados se hicieron cada vez más fuertes, y la presión llegó a un punto en el que un cambio en el banquillo se convirtió en la única opción lógica a los ojos de la dirección del club. Parece que en el fútbol moderno los créditos ganados en el pasado desaparecen muy rápidamente ante el imperativo de los resultados en el presente.
De héroe adorado a exentrenador
El caso de Radomir Đalović es una prueba más de la crueldad de la profesión de entrenador. En solo unos meses pasó de ser un héroe que trajo una inmensa alegría a los aficionados a ser un entrenador al que el club agradece su colaboración. Su nombre quedará inscrito con letras de oro en la historia del HNK Rijeka como el hombre que le dio al club su segundo doblete. Los aficionados recordarán la pasión con la que dirigió los partidos, la energía que transmitió a los jugadores y, por supuesto, los trofeos que llegaron a las vitrinas del club.
El club, en su comunicado oficial, agradeció a Đalović y a su cuerpo técnico todo lo que han hecho, destacando su contribución y los resultados obtenidos, y les deseó suerte en la continuación de sus carreras. Sin embargo, detrás de las frases corteses queda un sabor amargo por la forma en que esta hermosa historia terminó. Ahora sigue un nuevo período para el club de Kvarner, un período de búsqueda de una nueva solución en el banquillo que devuelva al equipo a la senda de la victoria e intente continuar donde Đalović se detuvo con éxitos históricos.
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Hora de creación: 01 septiembre, 2025