Europa ha lanzado con éxito un nuevo satélite meteorológico MetOp-SG-A1 utilizando el cohete Ariane 6. Este satélite avanzado supone una revolución en la predicción meteorológica y la monitorización del clima, y con el instrumento Sentinel-5 de Copernicus permitirá la monitorización global diaria de la calidad del aire y los gases de efecto invernadero.
Los experimentos en la Estación Espacial Internacional (ISS) exploran cómo la ingravidez afecta a los componentes fundamentales de la vida. Desde el descubrimiento de los mecanismos por los cuales las células sienten la gravedad, clave para combatir la osteoporosis y la atrofia muscular, hasta el análisis de los efectos en el corazón, el cerebro y el ADN, estas exploraciones espaciales proporcionan información sobre la salud y la medicina de los astronautas en la Tierra.
Se ha lanzado con éxito el primer satélite de nueva generación, MetOp-SG-A1, clave para el futuro de la previsión meteorológica y el seguimiento del clima. Con el instrumento Copernicus Sentinel-5, este satélite proporcionará desde su órbita polar los datos más precisos hasta la fecha sobre contaminantes del aire, ozono y gases de efecto invernadero, marcando una revolución en la observación de la Tierra
El cohete Ariane 6 despega esta noche desde el puerto espacial europeo de Kourou, transportando el revolucionario satélite meteorológico MetOp-SG-A1 y el instrumento Sentinel-5. Esta misión clave europea proporcionará datos sin precedentes para pronósticos meteorológicos más precisos, monitoreo del clima y un análisis profundo de la calidad del aire a nivel mundial
La órbita de la Tierra se enfrenta a la amenaza de miles de satélites y millones de piezas de escombros. La Agencia Espacial Europea (esa) está desarrollando una solución a través del proyecto CREAM: un sistema automatizado para la evaluación de riesgos y la prevención de colisiones, que reduce los errores humanos y sienta las bases para futuras "normas de tráfico" en el espacio.
El lanzamiento mañana del satélite MetOp-SG-A1 con el cohete Ariane 6 de Kourou inicia una nueva era de observación de la Tierra. Este satélite avanzado, que también lleva el instrumento Sentinel-5 de Copernicus, aporta una mejora drástica en la precisión de los pronósticos meteorológicos, el análisis del clima y, por primera vez, permite un seguimiento diario detallado de la contaminación y la calidad del aire a nivel mundial.