La neutralidad política del ejército croata es una de las cuestiones más importantes que desde hace un tiempo se encuentra en el centro de los conflictos entre la Oficina del Presidente y el Gobierno de la República de Croacia. Orsat Miljenić, jefe de la Oficina del Presidente, ha señalado en varias ocasiones que el Gobierno intenta manipular al ejército croata, lo que representa un problema grave en un sistema democrático. En sus declaraciones más recientes, Miljenić ha dejado claro que el ejército no debe ser utilizado como un instrumento en ajustes de cuentas políticos, advirtiendo que el ejército debe centrarse en el cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y no en la promoción de agendas políticas.

Según Miljenić, el Gobierno actual, liderado por el HDZ, muestra una tendencia a interferir en las decisiones militares que, según la Constitución de la República de Croacia, son competencia del Presidente. Esta práctica socava la confianza pública en la neutralidad del ejército y crea una atmósfera de manipulación política. Este problema se ha puesto especialmente de manifiesto durante el debate sobre la participación de Croacia en la misión de la OTAN NSATU, cuando el ministro de Defensa, Ivan Anušić, solicitó que el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la República de Croacia asistiera a la reunión de la Comisión Parlamentaria de Defensa. Miljenić subrayó entonces que el jefe de Estado Mayor no es una figura política y no debe ser utilizado en debates políticos, añadiendo que el ejército debe permanecer neutral y centrado en sus misiones fundamentales.

Politización del ejército en conflicto con la Constitución

El jefe de Estado Mayor, según Miljenić, tiene un papel claramente definido en el sistema constitucional. El ejército sigue las órdenes del Presidente de la República, quien, según la Constitución, es el comandante supremo, y su deber es cuidar de la defensa del Estado y de la preservación de su integridad territorial. El papel del Gobierno en cuestiones de defensa militar está limitado a la toma de decisiones políticas como el financiamiento y la organización del sistema militar, pero solo dentro de los límites que están claramente definidos por las leyes y la Constitución.

Miljenić ha acusado en varias ocasiones al ministro Anušić de intentar politizar al ejército, calificando su práctica de inaceptable y peligrosa para la democracia. Ha destacado que cualquier intento de utilizar al ejército para justificar decisiones políticas es inaceptable y que el ministro y el Gobierno deberían asumir la responsabilidad de sus decisiones políticas, en lugar de ocultarse tras figuras militares. "Si el Gobierno asume la responsabilidad de las decisiones sobre las misiones de la OTAN, entonces deben hacerlo los políticos, y no el jefe del Estado Mayor", dijo Miljenić.

Conflictos dentro del sistema de defensa

El Ministerio de Defensa también reaccionó a los ataques del Gobierno, acusando al Presidente de la República de politizar al ejército. El Ministerio indicó en varios comunicados que Milanović, cuando fue Primer Ministro, redujo la inversión en el ejército y ahora utiliza las fuerzas armadas como un medio para conflictos políticos con el Gobierno actual. También comentaron las acusaciones de que el presidente había obstaculizado el funcionamiento de las unidades militares al insistir en la participación del ejército en diversos eventos ceremoniales, lo que el Ministerio de Defensa considera un uso inapropiado de los recursos militares.

A pesar de que el Ministerio de Defensa rechaza las acusaciones de abuso del ejército para fines políticos, la percepción pública tiende cada vez más a considerar que existe un problema serio en las relaciones entre las dos instituciones clave. Los soldados se han encontrado, según los informes, en varias ocasiones en una posición incómoda entre dos partes opuestas, y la cuestión de la negación de dietas a los soldados que apoyaron al presidente en eventos oficiales ha sido especialmente problemática. El ministro Anušić ha sido acusado de utilizar sus prerrogativas ministeriales para limitar el apoyo que los soldados brindan al Presidente de la República, lo que ha agudizado aún más las relaciones entre el Gobierno y la Oficina del Presidente.

El papel internacional de Croacia en la OTAN

A pesar de los conflictos internos, Croacia sigue siendo un socio importante dentro de la alianza de la OTAN. El Presidente Milanović ha señalado en varias ocasiones que Croacia debe cumplir con sus obligaciones hacia la alianza, pero también ha enfatizado que el ejército debe ser utilizado de acuerdo con los intereses nacionales. Según sus palabras, Croacia ha aumentado la presencia de sus soldados en misiones de la OTAN en la frontera con Rusia, lo que demuestra lealtad a la alianza, pero al mismo tiempo ha rechazado enviar soldados croatas a misiones que no están alineadas con los intereses croatas, como la misión de la OTAN en Ucrania. Milanović ha dejado claro que Ucrania no es miembro de la OTAN y que, por lo tanto, Croacia no está obligada a participar en esa misión.

En el contexto de la misión europea ALTHEA en Bosnia y Herzegovina, Croacia también se ha enfrentado a controversias, ya que no se le ha permitido participar a pesar de que se trata de una misión iniciada por la OTAN. Según Miljenić, esta decisión representa una injusticia hacia Croacia y ha instado en varias ocasiones a la UE y a la OTAN a reconsiderar su postura sobre la participación croata en las misiones de la región. Ha destacado que Croacia tiene derecho a ser parte de estas misiones porque están directamente relacionadas con la seguridad de la región en la que Croacia juega un papel clave.

Estos conflictos sobre el papel del ejército croata y su participación en misiones internacionales muestran cuán compleja es la relación entre las diferentes ramas del poder, pero también cuán importante es mantener a las fuerzas armadas neutrales en los conflictos políticos. El ejército croata debe seguir centrado en su misión principal: defender la soberanía del país y proteger a los ciudadanos, mientras que los políticos deben asumir la responsabilidad de sus decisiones y no utilizar al ejército como un medio para lograr sus objetivos políticos.