Un nuevo análisis publicado en acceso abierto en la revista BMJ Mental Health presenta hallazgos intrigantes sobre la asociación entre el consumo diario de café y el envejecimiento biológico en personas con trastornos mentales graves. En el centro de la investigación se encuentra la longitud de los telómeros – “tapas” protectoras en los extremos de los cromosomas – que a menudo se utiliza como un marcador sustituto del envejecimiento celular. Las personas con esquizofrenia, psicosis y trastorno bipolar, según trabajos anteriores, tienen telómeros más cortos en promedio que la población general, lo que indica un envejecimiento biológico acelerado. Los autores del nuevo trabajo informan que una ingesta moderada de café (aproximadamente 3–4 tazas al día) se correlaciona con telómeros más largos en comparación con las personas que no beben café, mientras que este patrón no se ve con una ingesta muy alta (5+ tazas diarias). Aunque se trata de datos observacionales, el mensaje es importante para la práctica diaria: mantener la ingesta en un rango moderado puede ir de la mano con la preservación de la salud celular en una población que a menudo soporta la carga del estrés metabólico y oxidativo.
Por qué los telómeros son importantes para entender la salud mental
Los telómeros protegen el material genético del daño durante cada división celular. Se acortan naturalmente con la edad, pero también influyen en ellos factores ambientales como el estrés crónico, el tabaquismo, la inflamación y la presión oxidativa. Precisamente las circunstancias vitales estresantes, las comorbilidades metabólicas, las mayores tasas de tabaquismo y algunos efectos secundarios de las terapias son más frecuentes en la población con trastornos mentales graves. Por ello, no es una sorpresa que en este grupo se encuentren en promedio telómeros más cortos. La pregunta clave es si con los hábitos de vida – alimentación, sueño, movimiento e ingesta de bebidas – se puede modular esa trayectoria biológica. El café ocupa aquí un lugar especial porque combina cafeína (un estimulante con potenciales efectos hemodinámicos) y una amplia gama de polifenoles con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Café, antioxidantes y envejecimiento biológico
El café es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial y una fuente de numerosos compuestos bioactivos: polifenoles, ácidos clorogénicos y cafeína. Mientras que la cafeína en dosis mayores puede elevar la presión arterial o alterar el sueño, los antioxidantes del café pueden neutralizar los radicales libres y reducir los eventos inflamatorios. Los científicos han estado interesados por ello durante mucho tiempo en el posible vínculo entre los hábitos de consumo de café y los biomarcadores del envejecimiento. El nuevo estudio se centró precisamente en eso – si existe un vínculo cuantitativo entre el número de tazas de café y la longitud de los telómeros en sujetos con diagnósticos del espectro de trastornos mentales graves.
Cómo se diseñó el estudio
El equipo de investigación analizó datos recopilados como parte de la cohorte noruega TOP (Thematically Organised Psychosis). En la muestra se incluyó a 436 adultos, de los cuales 259 con esquizofrenia y 177 con trastornos afectivos (trastorno bipolar y episodios depresivos graves con psicosis). Los participantes autoinformaron su ingesta diaria de café y según ello se clasificaron en cuatro grupos: no beben café; beben 1–2 tazas; beben 3–4 tazas; beben 5 o más tazas al día. También se registraron los patrones de tabaquismo (alrededor de tres cuartas partes de la muestra eran fumadores, con una duración promedio de tabaquismo de casi una década). La longitud de los telómeros se midió en leucocitos de muestras de sangre mediante procedimientos de laboratorio estandarizados. Importante: el diseño es observacional, sin intervención ni asignación aleatoria, por lo tanto se habla de asociación, y no de causalidad.
Hallazgos clave: curva en forma de letra “J”
Los resultados mostraron un patrón no lineal claro. En comparación con las personas que no beben café, el grupo con 3–4 tazas al día tuvo telómeros estadísticamente significativamente más largos. La estimación de la edad biológica sugiere que ese perfil es aproximadamente equivalente a un estatus biológico “más joven” de unos cinco años en relación con los no consumidores. Por el contrario, entre las personas que bebían 5 o más tazas al día no se observó un efecto favorable; los autores advierten que una ingesta muy alta puede estimular la creación de especies reactivas de oxígeno y con ello neutralizar los beneficios antioxidantes potenciales del café. También se observó que las personas con diagnóstico de esquizofrenia en promedio bebían más café que los participantes con trastornos afectivos, lo que subraya aún más la necesidad de una interpretación individualizada de los datos.
Cuánto es “moderado”: qué dice la práctica de salud pública
Las directrices de diversos organismos de salud convergen en un umbral de alrededor de 400 mg de cafeína al día como generalmente seguro para la mayoría de los adultos sanos, lo que corresponde a grandes rasgos a 3–4 tazas estándar de café filtrado. Ese límite aparece también como el “punto dulce” en los resultados del estudio: precisamente en ese rango se observa una mayor longitud de los telómeros. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el contenido de cafeína varía significativamente entre bebidas (espresso, café turco, instantáneo, “cold brew”), métodos de preparación y tamaños de las porciones. Además, la sensibilidad a la cafeína difiere individualmente, y existen poblaciones para las cuales rigen límites más estrictos (p. ej. embarazo, algunos diagnósticos cardiológicos, trastornos de ansiedad y del sueño). Como regla general, es útil monitorear el propio sueño, el pulso y la aparición de síntomas desagradables (temblores, palpitaciones) y ajustar la ingesta.
Qué significa esto para los clínicos y la comunicación en salud pública
Para los médicos y profesionales de la salud mental, el mensaje práctico es cautelosamente optimista. El consumo moderado de café puede incluirse en la conversación sobre hábitos de vida con pacientes con esquizofrenia, psicosis o trastorno bipolar, especialmente si hay interés en estrategias que apoyen la salud general y un envejecimiento “más saludable”. En ello se deben evaluar las interacciones con la terapia, los hábitos de tabaquismo, la calidad del sueño y la rutina diaria. El café no es un sustituto del tratamiento farmacológico, la psicoterapia o los cambios de comportamiento, pero puede considerarse como parte de un régimen equilibrado, en paquete con la promoción de la actividad física, una nutrición de calidad y el apoyo para dejar de fumar.
Limitaciones y precaución en la interpretación
Se trata de una investigación observacional, por lo que no podemos hablar de una relación causa-efecto. Es posible que las personas que beben cantidades moderadas de café tengan también otros hábitos que favorecen telómeros más largos (mejor dieta, más movimiento, ritmo de sueño más regular). Los autores mencionaron también limitaciones metodológicas: no existían datos detallados sobre el tipo de café, método de preparación, concentración precisa de cafeína ni sobre el consumo de otras bebidas con cafeína. La proporción de fumadores fue muy alta, lo que puede actuar como un factor de confusión dado el metabolismo más rápido de la cafeína en los fumadores y los efectos independientes del tabaquismo sobre el estrés oxidativo. Finalmente, la medición de telómeros en leucocitos refleja una imagen sistémica, pero los telómeros difieren entre tejidos y no son el único indicador de la edad biológica.
Vínculo con conocimientos anteriores sobre el café
La literatura sobre el café y la salud ha sido cada vez más voluminosa en los últimos años. Varias revisiones y estudios poblacionales encuentran asociaciones favorables de una ingesta moderada de café con la mortalidad y una serie de condiciones crónicas, con énfasis en las diferencias individuales y los límites superiores de seguridad. Para el sistema cardiovascular rige la regla de la medida: mientras que cantidades moderadas no se asocian con un aumento permanente de la presión arterial en la mayoría de los consumidores habituados, una ingesta excesiva puede causar palpitaciones, insomnio y un aumento a corto plazo de la presión. En el contexto de la salud mental, el hallazgo de telómeros más largos con una ingesta moderada se suma a la idea de que los patrones alimentarios y de vida que reducen la inflamación y el estrés oxidativo pueden ser un apoyo al tratamiento general.
Qué pueden hacer los pacientes prácticamente
- Mantener la ingesta en el rango de hasta cuatro tazas estándar al día, a menos que un médico recomiende límites más estrictos.
- Preferir el café filtrado frente al no filtrado para reducir la ingesta de ingredientes que actúan desfavorablemente sobre los lípidos en sangre.
- Evitar la ingesta tardía de cafeína (tarde y noche) si existe un problema con insomnio o ritmo de sueño alterado.
- Prestar atención al azúcar y las calorías añadidas en bebidas especiales; las bebidas “energéticas” y los aditivos pueden contener dosis muy altas de cafeína y azúcar.
- Armonizar los hábitos con la terapia y el consejo de expertos, especialmente en condiciones cardiovasculares, embarazo o lactancia.
A quién importan más estos resultados
Los resultados son especialmente relevantes para personas en las que existe riesgo de envejecimiento biológico acelerado o en las que ya se ha registrado anteriormente una menor longitud de los telómeros. Las poblaciones con trastornos mentales graves a menudo se enfrentan a una acumulación de factores de riesgo: tabaquismo, estilo de vida sedentario, síndrome metabólico, efectos adversos de los antipsicóticos sobre la masa corporal y el metabolismo de la glucosa. Ajustar los hábitos de vida de manera que apoyen el equilibrio antioxidante – incluyendo el consumo moderado de café – podría, al menos parcialmente, mitigar las consecuencias biológicas de esas cargas. Por supuesto, las decisiones deben tomarse individualmente y en acuerdo con un médico.
Breve nota metodológica
El uso de la longitud de los telómeros de leucocitos como medida del envejecimiento tiene ventajas y desventajas. La ventaja es que se trata de un biomarcador no invasivo que refleja bien la exposición acumulativa al estrés oxidativo y la inflamación. La desventaja es la variabilidad entre tejidos y el hecho de que los telómeros no representan el único ni necesariamente el mejor indicador de la edad biológica. Además, el método de medición (qPCR frente a técnicas alternativas) y la estandarización de laboratorio pueden afectar la comparabilidad entre estudios. Por lo tanto, estos hallazgos deben interpretarse como una pieza importante del rompecabezas, pero no como la última palabra sobre la relación entre el café y la edad biológica.
Qué sigue en la investigación
Los autores llaman a realizar investigaciones longitudinales que seguirían los cambios en la longitud de los telómeros a lo largo del tiempo en relación con una ingesta precisamente cuantificada de café y otras bebidas con cafeína, registrando patrones dietéticos, calidad del sueño y nivel de actividad física. Ensayos de intervención – por ejemplo ensayos controlados aleatorizados con una ingesta de café definida y medición estandarizada de biomarcadores – podrían aclarar adicionalmente la causalidad. También vale la pena investigar las diferencias entre el café con cafeína y descafeinado y entre diferentes métodos de preparación (filtrado, espresso, “cold brew”), así como variantes genéticas del metabolismo de la cafeína que pueden moldear la respuesta individual.
Contexto más amplio: del laboratorio a la taza diaria
Aunque el público a menudo busca reglas simples, la ciencia de la nutrición y las bebidas rara vez ofrece ecuaciones que valgan para todos. La genética del metabolismo de la cafeína, el microbioma intestinal, las diferencias en el método de preparación del café y los patrones culturales hacen que cada recomendación sea aproximada. Sin embargo, la consistencia de los hallazgos de que el consumo moderado (3–4 tazas) se asocia con resultados favorables – desde el perfil cardiovascular hasta, ahora, la longitud de los telómeros en una población vulnerable – da una base razonable para consejos prácticos. El mensaje es simple, pero no banal: mantener la medida, observar las propias reacciones e incorporar el café en un marco más amplio de rutina saludable. Para algunos esto significará también reducir la ingesta o pasar a una variante descafeinada si aparecen efectos secundarios.
Nota sobre la fecha e interpretación de términos relativos
Este texto fue preparado el 06 de diciembre de 2025, y los términos relativos como “hoy” o “recientemente” están alineados con esa fecha. Dado el rápido flujo de nuevas publicaciones, es recomendable verificar ocasionalmente las actualizaciones de las directrices y las últimas revisiones sistemáticas, especialmente si toma decisiones relacionadas con la salud personal o la práctica clínica.
Información adicional para editores y comunicadores
Para portales que tratan temas de salud pública y salud mental, es crucial enmarcar estos hallazgos sin sensacionalismo. Es recomendable enfatizar que se trata de datos observacionales en una cohorte clínica específica y que se necesitan confirmaciones en otras poblaciones y diseños. Al mismo tiempo, se debe indicar de manera transparente el límite de aproximadamente 400 mg de cafeína al día como un punto de referencia conservador para la mayoría de los adultos, con la nota de que la tolerancia individual y las comorbilidades pueden requerir límites más estrictos. Es especialmente importante comunicar los riesgos potenciales de la exageración: insomnio, ansiedad, palpitaciones, presión arterial elevada e interacciones con medicamentos.
Qué no es esto
Los hallazgos no sugieren que las personas con trastornos mentales graves deban “aumentar la dosis” de café sin restricción o que el café sea una terapia para diagnósticos psiquiátricos. No se recomienda interrumpir o cambiar la terapia prescrita por cuenta propia. El mensaje es equilibrado: mantener la ingesta en el rango moderado, con un enfoque general en un estilo de vida saludable y la cooperación con un médico, es razonable y potencialmente beneficioso.