Trece años después de que el rover Curiosity de la NASA aterrizara en el vasto cráter Gale de Marte con una maniobra espectacular conocida como la «grúa celestial», este incansable explorador robótico no muestra signos de desaceleración. De hecho, los ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA han diseñado e implementado una serie de actualizaciones de software que le permiten trabajar de manera más productiva que nunca. Con nuevas habilidades, incluyendo una mayor autonomía y la capacidad de realizar múltiples tareas simultáneamente, Curiosity está listo para aprovechar al máximo cada precioso vatio de energía mientras continúa desentrañando el misterio clave del Planeta Rojo: cómo un mundo que alguna vez estuvo cubierto de lagos y ríos se convirtió en el desierto frío y seco que conocemos hoy.
La misión se encuentra actualmente en una fase crucial, explorando las estribaciones del Monte Sharp (Aeolis Mons), una montaña colosal de unos 5 kilómetros de altura que se eleva desde el centro del cráter Gale. El rover llegó recientemente a una región geológicamente extremadamente interesante, llena de las llamadas formaciones «boxwork». Estas inusuales estructuras reticulares endurecidas se extienden por kilómetros y parecen panales petrificados. Los científicos creen que se formaron por la acción de aguas subterráneas hace miles de millones de años. El agua rica en minerales penetró a través de fisuras en las rocas, depositando minerales que con el tiempo crearon estas sólidas crestas. Más tarde, la roca circundante más blanda se erosionó por la influencia del viento, dejando atrás solo las vetas minerales más resistentes. El análisis de estas formaciones podría proporcionar información clave sobre si la vida microbiana pudo haber existido en la biosfera subterránea de Marte, extendiendo potencialmente el período de habitabilidad del planeta hasta bien entrada la era en que su superficie se volvía cada vez más seca e inhóspita.
El Corazón de la Misión - Una Fuente de Energía Infatigable
Este complejo trabajo de detective en otro planeta requiere enormes cantidades de energía. Además de conducir por terreno inhóspito y usar su sofisticado brazo robótico para estudiar rocas y acantilados, Curiosity también debe alimentar su radio para la comunicación con la Tierra, numerosas cámaras y un conjunto de diez instrumentos científicos. Además de todo eso, la energía también es consumida por múltiples calentadores que mantienen la temperatura óptima de funcionamiento de la electrónica sensible, las piezas mecánicas y los instrumentos en las condiciones extremas de Marte, donde las temperaturas pueden variar en más de 100 grados Celsius entre el día y la noche.
A diferencia de sus predecesores como los rovers Spirit y Opportunity o el módulo de aterrizaje InSight, que dependían de paneles solares para cargar sus baterías, Curiosity utiliza una fuente de energía nuclear. Esa tecnología conlleva el riesgo de que las tormentas de polvo cubran los paneles o de que simplemente no haya suficiente luz solar para funcionar. Curiosity y su «hermano» menor, el rover Perseverance, utilizan un Generador Termoeléctrico de Radioisótopos de Misión Múltiple, más conocido como MMRTG. Este sistema funciona según el principio del calor que se libera por la desintegración natural de pastillas de plutonio-238. Este calor se convierte luego en energía eléctrica que carga continuamente las baterías de iones de litio del rover. El MMRTG proporciona una fuente de energía estable y fiable, independiente de la hora del día o de las condiciones meteorológicas, y es conocido por su longevidad: sistemas similares han estado alimentando las legendarias naves espaciales Voyager desde 1977. Sin embargo, a medida que el plutonio pierde lentamente su radiactividad con el tiempo, la cantidad de calor generado y, en consecuencia, de energía eléctrica, disminuye gradualmente. Esto significa que, con los años, se necesita cada vez más tiempo para cargar las baterías, lo que deja menos energía disponible para las actividades científicas de cada día marciano (sol).
Una Revolución en el Trabajo Diario: Un Rover que Aprende Nuevas Habilidades
Para contrarrestar esta disminución natural de potencia, el equipo de la misión gestiona cuidadosamente el presupuesto energético diario del rover, teniendo en cuenta cada dispositivo que consume energía de las baterías. Aunque todos los componentes fueron probados exhaustivamente antes del lanzamiento, solo los años de operación en el entorno extremo de Marte —exposición al polvo, la radiación y los bruscos cambios de temperatura— han revelado las «peculiaridades» específicas de los complejos sistemas que los ingenieros no pudieron prever por completo. «Al principio de la misión, éramos como padres demasiado cautelosos», describió pintorescamente Reidar Larsen del JPL, quien dirigió el grupo de ingenieros responsables de desarrollar las nuevas capacidades. «Ahora es como si nuestro rover 'adolescente' hubiera madurado y confiamos en él para que asuma más responsabilidades. De niño, haces una cosa a la vez, pero a medida que creces, aprendes a realizar múltiples tareas simultáneamente».
Un día de trabajo típico para Curiosity comienza cuando los ingenieros desde la Tierra envían una lista de tareas que el rover debe completar una tras otra, antes de que termine el día y se vaya a «dormir» para recargar sus baterías. Ya en 2021, el equipo comenzó a estudiar si se podían combinar de forma segura dos o tres tareas, reduciendo así el tiempo total de actividad del rover. Por ejemplo, Curiosity envía regularmente datos e imágenes a un orbitador que pasa por encima, el cual luego transmite esos datos a la Tierra. Surgió la pregunta: ¿puede el rover comunicarse con el orbitador mientras conduce, mueve su brazo robótico o toma fotografías? La consolidación de tareas acortaría el plan diario, requiriendo menos tiempo de funcionamiento de los calentadores y de mantenimiento de los instrumentos en estado de espera, lo que resultaría en un ahorro de energía significativo. Las pruebas han demostrado que Curiosity puede realizar esto de forma segura, y todas estas operaciones combinadas ya se han demostrado con éxito en Marte.
Otro truco inteligente consiste en dar al rover la autonomía para decidir irse a «dormir» por su cuenta si termina sus tareas antes de lo previsto. Los ingenieros siempre añaden un cierto margen de tiempo a sus estimaciones de duración de la actividad en caso de dificultades imprevistas. Ahora, si Curiosity completa todas sus tareas antes de que expire el tiempo previsto, cambiará automáticamente a un estado de reposo. Permitir que el rover gestione su propio descanso significa que se necesita menos tiempo para cargar las baterías antes del comienzo del día siguiente. Incluso las acciones que acortan una actividad individual en solo 10 o 20 minutos, a largo plazo se suman y contribuyen significativamente a maximizar la vida útil del MMRTG, asegurando más ciencia e investigación en los años venideros.
La Adaptación es la Clave para la Supervivencia en Marte
Estos no son los primeros ajustes que ha experimentado Curiosity. El equipo ha implementado numerosas capacidades nuevas a lo largo de los años en respuesta a los desafíos. Varios problemas mecánicos con el taladro en el brazo robótico requirieron un rediseño completo de la forma en que el rover recoge muestras de roca pulverizada. Las capacidades de conducción también se han mejorado con actualizaciones de software. Cuando la rueda de filtros de color se atascó en una de las dos cámaras (Mastcam) en la «cabeza» móvil del rover, el equipo desarrolló una solución innovadora que todavía le permite capturar hermosos panoramas en color.
El JPL también desarrolló un algoritmo especial para reducir el desgaste de las ruedas de Curiosity, que han sufrido daños por rocas afiladas. Una fotografía tomada a finales de julio de 2025 muestra una roca de forma extraña, parecida a un coral, como testimonio de los miles de millones de años de erosión eólica que han moldeado el paisaje. Aunque los ingenieros supervisan de cerca cada nuevo daño en las ruedas, no están preocupados. Después de haber recorrido más de 35 kilómetros y de una extensa exploración, está claro que, a pesar de algunas partes perforadas, las ruedas tienen muchos más años de viaje por delante. En el peor de los casos, Curiosity podría incluso deshacerse de una parte dañada de la «banda de rodadura» de la rueda y continuar moviéndose sobre la parte restante e intacta. Todas estas medidas juntas aseguran que Curiosity permanezca tan ocupado y productivo como siempre, continuando su histórica misión de descubrir los secretos del Planeta Rojo.
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Hora de creación: 4 horas antes