En un mundo de viajes rápidos y aventuras turísticas fugaces, las historias de lealtad que duran décadas son una verdadera rareza y un testimonio del vínculo inquebrantable entre el hombre y el lugar. Precisamente una historia tan cálida y humana es la que escribe la familia Bach de Zagreb, cuyo amor por Mali Lošinj dura ya treinta años, de los cuales han sido fieles a la misma dirección y a la misma anfitriona, la señora Nevenka Morović, durante un increíble cuarto de siglo.
Esta conexión de larga data no es solo una estadística en los libros de turismo; es una prueba viviente de cómo la hospitalidad, las bellezas naturales y la atmósfera específica de una isla pueden crear recuerdos que se transmiten de generación en generación y amistades que trascienden la clásica relación entre huésped y arrendador.
Un cuarto de siglo de recuerdos en la Isla de la Vitalidad
La historia de la lealtad de la familia Bach comenzó en el año 2000, cuando los cónyuges Michael y Sanja llegaron por primera vez al apartamento de la señora Nevenka Morović. Antes de eso, ya habían veraneado durante cinco años en la isla con la familia Serdar, lo que significa que su saga en Lošinj dura ya tres décadas completas. «La familia Bach veranea con nosotros cada año desde el 2000, es decir, ya desde hace 25 años. En total, llevan 30 años cultivando su amor por Lošinj», destaca con orgullo y calidez la anfitriona Nevenka Morović. Ella subraya cómo esa relación con el tiempo se ha transformado en algo mucho más profundo. «Después de tantos años, nuestra relación ya no es solo turística; con la familia Bach nos une una sincera amistad».
A lo largo de todos estos años, Mali Lošinj se ha convertido en un segundo hogar para los Bach. El hijo mayor, Dominik, que llegó por primera vez siendo un niño, es hoy un hombre adulto con sus propios recuerdos entretejidos en las calas y calles de Lošinj. El hijo menor, Antonio, tuvo su primer encuentro con el mar precisamente aquí, siendo un bebé de solo tres meses. La familia suele venir dos veces al año, aprovechando cada oportunidad para escapar a su oasis isleño. Un momento especialmente solemne ocurrió este mismo año, cuando Michael Bach celebró su 60 cumpleaños en su isla favorita, rodeado de su esposa Sanja y sus hijos, confirmando así cuánto significa este lugar para ellos.
De un camino polvoriento a una moderna carretera con vistas
Michael Bach recuerda con nostalgia las primeras llegadas a la isla, que entonces tenían un aspecto muy diferente. «Recuerdo la antigua carretera de Cres a Lošinj... Hoy me maravilla la nueva carretera con carril bici antes de la entrada a Mali Lošinj», señala. Sus recuerdos reflejan el enorme progreso en infraestructura que ha experimentado la isla, haciéndola más accesible pero sin alterar su belleza natural. También se refiere a un prejuicio frecuente. «La gente a menudo piensa erróneamente que es difícil llegar a Lošinj por el ferry, pero el viaje no es nada complicado; y una vez que llegas, ya no quieres volver», concluye Michael, resumiendo el sentimiento de muchos enamorados de esta perla del Kvarner.
Es precisamente esa fácil accesibilidad, combinada con la sensación de aislamiento y paz que proporciona la isla, lo que la convierte en un destino único. La mejora de la conexión por carretera ha permitido que el viaje se convierta en una parte agradable de la experiencia, y no en un obstáculo, y ha acercado aún más los encantos de Lošinj a todos los que buscan unas vacaciones auténticas.
La mágica atracción del clima y la naturaleza
A la pregunta de qué les hace volver una y otra vez a Lošinj, la familia Bach destaca sin dudarlo dos elementos clave: el clima y la naturaleza. La sencilla pero pintoresca declaración de Michael: «¡El clima en Lošinj es genial, eso no lo tiene nadie!» describe perfectamente lo que ya a finales del siglo XIX reconocieron los balneólogos austrohúngaros, al declarar a Lošinj balneario climático. El microclima específico, la humedad ideal del aire y el aerosol único que se crea al mezclarse el aire marino con el aroma del denso pinar y más de 1200 especies de plantas, muchas de ellas medicinales, tienen un efecto beneficioso sobre las vías respiratorias y la salud en general.
«Cuando decimos que vamos a Lošinj, todo el mundo conoce ese destino. Todos comentan lo maravilloso que es el mar y lo encantadora que es la naturaleza», añade Sanja Bach. La isla es conocida por sus fragantes paseos, su exuberante vegetación y su mar cristalino, lo que la convierte en un lugar ideal para relajarse y renovar energías. Sus palabras confirman que la reputación de Lošinj como isla de la vitalidad está más que justificada y es reconocida entre los viajeros.
Incansables exploradores del archipiélago de Lošinj
El amor de la familia Bach por Lošinj no es estático; son exploradores activos que aprovechan cada oportunidad para descubrir nuevos rincones de la isla y sus alrededores. Han visitado todas las islas habitadas del archipiélago de Lošinj, desde la arenosa Susak y la florida Ilovik hasta las tranquilas Srakane y Unije, absorbiendo la cultura y la atmósfera únicas de cada una de ellas. Su curiosidad no se detiene en las playas y calas. Son grandes amantes de la gastronomía local, disfrutando del pescado fresco, el cordero isleño y especialidades enriquecidas con hierbas silvestres que crecen por todas partes.
Y después de treinta años, todavía tienen deseos por cumplir. Uno de sus próximos objetivos es subir a la Osoršćica, la montaña que se extiende por la parte norte de la isla y desde cuya cima, Televrin, se ofrece una vista inolvidable de todo el archipiélago. Aunque ya han visitado el mundialmente famoso Museo del Apoxiomeno, dedicado a la singular estatua de bronce de un atleta encontrada en el fondo marino de Lošinj, anuncian que lo volverán a visitar con gusto, conscientes de que una obra maestra así siempre ofrece una nueva perspectiva.
Reconocimiento a una lealtad que inspira
Tal dedicación y amor sincero por un destino no podían pasar desapercibidos. En señal de agradecimiento por décadas de lealtad, el director de la Oficina de Turismo de la Ciudad de Mali Lošinj, Dalibor Cvitković, visitó personalmente a la familia Bach y les entregó unos regalos conmemorativos. El paquete incluía una selección de productos autóctonos con la etiqueta Lošinj Local Product, un vale para una cena en uno de los renombrados restaurantes locales bajo la marca Taste of Vitality, y una experiencia especial: una travesía al atardecer en una réplica de un histórico lúger de Lošinj, el velero «Nerezinac», que hoy es un centro de interpretación del patrimonio marítimo al aire libre.
«La lealtad de huéspedes como la familia Bach es una prueba de un verdadero apego a Lošinj. Su historia confirma que el turismo no es solo el número de llegadas y pernoctaciones, sino las relaciones, las emociones y los recuerdos que perduran. Les agradecemos por todo», destacó Cvitković. Son precisamente historias como estas las que dan alma al turismo y recuerdan que el corazón de todo destino exitoso está en las personas, tanto en las que regresan como en las que las reciben con los brazos abiertos, convirtiendo unas vacaciones en una amistad para toda la vida. A través de la familia Bach, Mali Lošinj ha ganado más que huéspedes; ha ganado embajadores que difunden su historia con orgullo.
ALOJAMIENTO CERCANO
Mali Lošinj
Mali Lošinj, Croacia
Hora de creación: 15 horas antes