En la lucha mundial contra las enfermedades transmitidas por mosquitos, la ciencia ha logrado un avance crucial que promete un cambio de paradigma en la protección de millones de personas. Después de más de cuatro décadas sin innovaciones significativas en el campo del control de vectores, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado recientemente una clase de productos completamente nueva. Se trata de una tecnología revolucionaria, los llamados emanadores espaciales, que ofrecen una protección duradera y eficaz contra los mosquitos, transmisores de enfermedades mortales como la malaria, el dengue, el virus del Nilo Occidental, la fiebre amarilla y el zika. Un extenso análisis científico, que abarcó datos recopilados durante más de 25 años, ha confirmado el excepcional potencial de esta solución.
Investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) llevaron a cabo una revisión sistemática de datos sobre aproximadamente 1,7 millones de mosquitos, concluyendo que esta forma de repelente, que dispersa sustancias activas por el aire, puede prevenir más de la mitad de todas las picaduras de mosquitos. En concreto, se estableció una eficacia protectora media del 56%, lo que representa una reducción significativa del riesgo de infección. Esta noticia llega en un momento crucial, justo después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitiera este agosto una recomendación histórica, respaldando el uso de emanadores espaciales como una nueva herramienta en el arsenal de la salud pública.
¿Cómo funciona la nueva generación de protección?
Los emanadores espaciales representan una tecnología de protección pasiva. Funcionan según el principio de liberar insecticidas volátiles, como la metoflutrina o la transflutrina, en el aire circundante. Estas sustancias químicas crean una "nube" o "escudo" protector invisible en el espacio, que repele a los mosquitos o altera su capacidad para encontrar un huésped. A diferencia de los métodos anteriores, esta tecnología no requiere electricidad, calefacción ni ninguna fuente de energía externa, lo que la hace ideal para su uso en zonas remotas y de escasos recursos, donde las enfermedades transmitidas por mosquitos son más frecuentes.
Los productos están diseñados para una máxima simplicidad: a menudo se presentan en forma de pequeñas tiras, tarjetas o discos, no más grandes que una hoja de papel, que simplemente se cuelgan en una habitación o al aire libre. Su bajo peso, su precio asequible y su facilidad de uso los convierten en una solución extremadamente práctica para proteger los hogares en África, América del Sur y el sudeste asiático, las regiones más gravemente afectadas por la malaria y otras enfermedades similares. Una de las ventajas clave es su acción continua: proporcionan protección de día y de noche, llenando así los peligrosos vacíos de cobertura que dejan otros métodos, como los mosquiteros tratados con insecticida, que solo son eficaces por la noche y en interiores.
El impacto global de la malaria y las limitaciones de los métodos existentes
La malaria sigue siendo una de las enfermedades más mortíferas de la actualidad. Solo durante 2023 se cobró 597.000 vidas, y la gran mayoría de las víctimas fueron niños menores de cinco años en el África subsahariana. El objetivo de la Organización Mundial de la Salud es reducir la tasa de mortalidad por malaria en al menos un 90% para 2030 en comparación con 2015 y eliminar la enfermedad en al menos 35 países. Sin embargo, el progreso hacia la consecución de ese objetivo se ha ralentizado en los últimos años. Las razones son múltiples: la pandemia de COVID-19 que desvió recursos, la financiación insuficiente de los programas de control de la malaria y el creciente problema de la resistencia de los mosquitos a los insecticidas existentes.
Más de 40 especies de mosquitos del género Anopheles transmiten el parásito de la malaria, y sus hábitos de alimentación y descanso varían enormemente. Esto dificulta la aplicación de una solución única para todas las situaciones. Por ejemplo, los mosquiteros tratados con insecticida solo protegen a las personas mientras duermen, dejándolas desprotegidas a primera hora de la tarde y por la mañana, cuando muchos mosquitos están activos al aire libre. Además, los repelentes tópicos que se aplican sobre la piel suelen ser caros, requieren una reaplicación regular y no siempre están al alcance de las poblaciones más vulnerables. Las espirales insecticidas, populares en muchas partes del mundo, generan un humo que puede ser irritante y solo proporcionan protección durante unas pocas horas. Los emanadores espaciales superan precisamente estas deficiencias, ofreciendo una protección constante y duradera independientemente de la hora del día o del lugar dentro del área protegida.
Confirmación científica de la eficacia y amplio espectro de acción
La revisión sistemática, cuyos resultados se publicaron en la revista científica eBioMedicine, editada por la prestigiosa The Lancet, reunió datos de numerosos estudios realizados en todo el mundo. El análisis demostró que los emanadores espaciales no solo protegen contra los mosquitos que transmiten la malaria, sino también contra otras especies peligrosas. Esto es de vital importancia porque las distintas especies de mosquitos tienen diferentes pautas de comportamiento. Los mosquitos del género Anopheles, transmisores de la malaria, pican sobre todo por la noche. Por otro lado, los mosquitos del género Aedes, que transmiten virus como el dengue, el zika y la fiebre amarilla, son activos y pican predominantemente durante el día.
Esta capacidad de proporcionar protección durante todo el día convierte a los emanadores espaciales en una herramienta única y versátil. El estudio confirmó su eficacia contra todos los géneros clave de mosquitos, aunque con distintos grados de éxito en función de la especie y las condiciones locales. Ingrid Chen, profesora asociada de epidemiología y bioestadística en la UCSF y primera autora del estudio, señaló: "Por fin tenemos una nueva forma de protegernos de las picaduras de mosquito, una que llena los vacíos de los métodos existentes. Es ligera, asequible y fácil de usar, por lo que puede desplegarse para salvar vidas en todas partes del mundo".
Productos comerciales y camino hacia la aplicación masiva
En el mercado ya existen varios productos que utilizan esta tecnología. Entre ellos destacan BiteBarrier, Mosquito Shield y Guardian. BiteBarrier es el primer producto de este tipo que se ha empezado a vender en Estados Unidos y proporciona protección hasta 21 días. Mosquito Shield es eficaz durante unos 30 días, mientras que el producto más avanzado, Guardian, ofrece una protección que puede durar hasta un año, lo que lo convierte en una solución extremadamente rentable y práctica para la prevención a largo plazo.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud, emitida el 13 de agosto, es un paso clave que abre la puerta a la aplicación masiva de estos productos, especialmente Mosquito Shield y Guardian. Esta recomendación permite a los grandes donantes y a las organizaciones internacionales, como el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, subvencionar y distribuir estos repelentes en los países más afectados por la malaria. Esto significa que millones de personas que viven en zonas de riesgo tendrán pronto acceso a un método de protección nuevo, eficaz y sencillo. En este exhaustivo análisis participaron casi 50 investigadores de 15 países, lo que demuestra la importancia mundial y la colaboración necesaria para abordar este acuciante problema de salud pública.
Hora de creación: 8 horas antes