Los últimos espasmos del verano, bañados por el cálido sol de septiembre, crearon el telón de fondo perfecto el pasado domingo, 21 de septiembre, para otra edición, ya legendaria, del evento "Novljanski gušti". La plaza principal de la ciudad, Trg Ivana Mažuranića, se transformó en un epicentro de hedonismo, un oasis de aromas y sabores que atrajo a un río de visitantes, tanto locales como extranjeros, deseosos de despedir la temporada de verano de la manera más hermosa posible. El evento, que había sido pospuesto una semana antes debido a un pronóstico del tiempo desfavorable, recibió su nueva fecha en todo su esplendor, demostrando que las cosas buenas realmente valen la pena la espera. Ya desde las horas de la mañana, encontrar un lugar libre bajo las sombrillas se convirtió en un verdadero desafío, y el animado murmullo y las risas, mezclados con los tentadores aromas que se esparcían desde las cocinas, atestiguaron el éxito del evento que para Novi Vinodolski significa mucho más que una simple fiesta gastronómica.
Esta manifestación, organizada con gran entusiasmo por la Oficina de Turismo de la Ciudad de Novi Vinodolski, con el apoyo incondicional de la Ciudad, la empresa municipal Ivanj, VIO Žrnovnica Crikvenica Vinodol d.o.o. y la trabajadora Asociación 51+, se ha convertido en un símbolo de la sinergia de la comunidad local. Es precisamente la colaboración con los restauradores locales la clave del éxito, ya que son ellos quienes, con su conocimiento, pasión e ingredientes de primera calidad, dan vida al espíritu de esta región en los platos de los visitantes.
Rapsodia de sabores con la firma de los maestros cocineros locales
La parte central del evento fue, por supuesto, la impresionante gama de platos presentada por once renombrados establecimientos de restauración. Mostraron su arte culinario los equipos de las tabernas Navigare, Pod Orajom y Hata, el restaurante Admiral, el bistró Tomas, la bistró-pizzería Đir, el buffet Adria, el hotel Aminess Lišanj, la empresa Ekskluziva d.o.o. y el café bar-bistró Marnie. Cada uno de ellos ofreció una parte de su filosofía, creando un mosaico de sabores que reflejaba perfectamente la riqueza de la cocina de Kvarner, una mezcla única de influencias mediterráneas y continentales. La oferta fue concebida para satisfacer hasta los paladares más refinados, y los precios eran extremadamente asequibles: cada delicia gastronómica costaba solo 5,00 euros, lo que permitió a los visitantes probar varias especialidades diferentes.
Los amantes de los mariscos se encontraron en un verdadero paraíso. En los menús destacaban delicias costeras clásicas como una refrescante ensalada de calamares y un rico paté de atún, ideales para comenzar el viaje gastronómico. El olor a mar se extendía por la plaza gracias a los langostinos y mejillones preparados "a la buzara", un método tradicional que conserva la jugosidad y el sabor original de los frutos del mar. También atrajeron especial atención los platos "de cuchara", como la jibia en salsa con polenta y las "sipe iz teće" (sepias de la olla), platos que evocan recuerdos de las cocinas de nuestras abuelas. El "brudet" de anchoas con garbanzos y polenta ofrecía un sabor rústico pero potente, mientras que las interpretaciones más modernas, como los medallones de camarones del Adriático en una refinada salsa de vino espumoso con risotto de naranja, demostraron la creatividad e innovación de los chefs locales. No menos impresionantes fueron los "šufigane lignje" (calamares guisados) con habas y polenta, un plato que combina perfectamente los dones del mar y la tierra. Aquellos que decidieron pasar el día explorando la oferta de alojamiento en Novi Vinodolski, pudieron experimentar aquí la auténtica esencia de la cocina local.
Del perkelt húngaro a las sarmice ucranianas
"Novljanski gušti" tampoco se olvidó de aquellos que prefieren los platos de carne contundentes. La pasta casera, como los pljukanci, se sirvió con un rico gulash de ternera, un plato que calienta el alma y el cuerpo. Gran sorpresa y deleite causaron los platos que atestiguan la diversidad cultural y el entrelazamiento de influencias en esta región. Así, en el menú se encontraron las sarmice (rollos de col rellenos) ucranianas con trigo sarraceno y ternera, una delicia que para muchos fue un descubrimiento nuevo y agradable, y un perkelt húngaro perfectamente preparado, un plato que demuestra cómo la cocina continental encaja maravillosamente en el ambiente costero. Esta diversidad de la oferta es una prueba más de la riqueza que Novi Vinodolski ofrece a sus huéspedes.
Una gota de orgullo del Valle de Vinodol
Para que la historia gastronómica estuviera completa, se encargó la Casa de Vinos Pavlomir, cuyos vinos y espumosos redondearon cada bocado. Por el precio simbólico de 2,00 euros por copa, los visitantes pudieron disfrutar de los frutos del trabajo de una bodega que lleva una conmovedora historia de renacimiento. Fueron precisamente los enólogos de Pavlomir, liderados por visionarios exiliados de Vukovar, quienes revitalizaron la centenaria tradición vinícola en el Valle de Vinodol, la antigua "Vallis Vinearia" romana, trayendo de vuelta a lo grande la variedad autóctona žlahtina. Sus vinos espumosos, como el llamado "1288" en honor a la Ley de Vinodol, no son solo una bebida, sino también un homenaje a la rica historia de esta región. Cada copa de su vino llevaba en sí la esencia de las laderas soleadas y el esfuerzo de manos trabajadoras, proporcionando una armonía perfecta con los platos ofrecidos.
Un dulce final para la historia de verano
Para un final dulce a esta rapsodia gastronómica, un precio de 3,00 euros abría las puertas al mundo de los postres. La oferta fue tan impresionante como la de los platos salados. Clásicos como el tiramisú y el crujiente milhojas se encontraban junto a tartas y strudels caseros que olían a tradición. Destacó especialmente el strudel de higos, una fruta que es símbolo del Mediterráneo. La ricota con higos ofreció una opción más ligera, pero igualmente seductora. Un verdadero éxito entre los golosos fue también la popular tarta ucraniana Medovik, una fantasía de miel en capas que confirmó el carácter internacional de la oferta culinaria. Con crepes y otros dulces, todos pudieron encontrar el bocado perfecto para terminar este día inolvidable.
Sonidos de Dalmacia en el corazón de Kvarner
La experiencia completa habría sido inimaginable sin el fondo musical que completó la atmósfera idílica. De ello se encargó la klapa Intriga, cuyos sonidos llenaron la plaza y trajeron un toque del auténtico melos costero y dálmata. Su canto, que es parte del patrimonio cultural inmaterial bajo la protección de la UNESCO, encajó perfectamente en el ambiente, proporcionando un paisaje sonoro que tocó los corazones de los presentes. A lo largo de todo el programa, los visitantes fueron guiados hábilmente por Boris Novaković, quien con su encanto y elocuencia presentó a los cocineros y sus creaciones culinarias, creando una conexión íntima entre quienes preparan la comida y quienes la disfrutan. "Novljanski gušti" confirmó una vez más que son más que un evento: son una celebración de la vida, la comunidad y la riqueza de sabores que ofrece esta hermosa región, un lugar ideal para encontrar las vacaciones perfectas en Novi Vinodolski.
Hora de creación: 2 horas antes