Un sueño de calidad es la base para un funcionamiento óptimo y para alcanzar los mejores resultados en cualquier profesión, y esta regla tiene un peso especial para los astronautas. En el entorno único y exigente de la Estación Espacial Internacional (ISS), donde el más mínimo error puede tener graves consecuencias, la capacidad de la tripulación para estar descansada, concentrada y lista para la acción es de crucial importancia. Precisamente con el objetivo de comprender más profundamente y optimizar el descanso de los astronautas en órbita, se ha puesto en marcha una nueva demostración tecnológica como parte de la misión Axiom Mission 4 (Ax-4). Este innovador proyecto probará un dispositivo portátil diseñado para recopilar datos biométricos clave, como el tiempo total de sueño y la variabilidad de la frecuencia cardíaca, proporcionando una visión sin precedentes de la fisiología del sueño en condiciones de microgravedad.
El proyecto, que se desarrolla bajo el patrocinio del Laboratorio Nacional de la ISS, representa una fructífera combinación de la pericia y los recursos de tres organizaciones líderes: la consultora tecnológica global Booz Allen, la pionera en vuelos espaciales comerciales Axiom Space y la empresa finlandesa de tecnología sanitaria Oura. El objetivo de esta colaboración es aprovechar el potencial de la llamada "computación en el borde" (edge computing) para procesar y analizar datos biométricos casi en tiempo real. Este enfoque permitirá a los miembros de la tripulación tomar decisiones informadas sobre su propia preparación para realizar tareas críticas, independientemente de la comunicación con la Tierra.
Revolución en el monitoreo de la salud de los astronautas
En el centro de esta investigación se encuentra un sofisticado dispositivo portátil, el anillo inteligente Oura Ring. Mientras que en la Tierra los datos recopilados por este dispositivo suelen enviarse a la nube corporativa de la empresa para su análisis y almacenamiento, y luego se presentan al usuario a través de una aplicación móvil, en el espacio se aplicará un enfoque completamente diferente y revolucionario. La información recopilada se procesará localmente, en la propia estación espacial, mediante un dispositivo especializado de computación en el borde. Los datos procesados estarán inmediatamente disponibles para que el miembro de la tripulación los evalúe. Este cambio del procesamiento centralizado en la Tierra al procesamiento local en órbita representa un paso clave hacia una mayor autonomía de la tripulación.
Josh Arceneaux, director de vuelos espaciales tripulados de Booz Allen, destacó la importancia de este avance tecnológico. "Esta tecnología proporcionará a los miembros de la tripulación una visión detallada de la calidad de su sueño y de su estado biométrico general. Esto les ayudará a comprender cómo el sueño afecta directamente a su preparación física y a su capacidad para desempeñar sus funciones al día siguiente al más alto nivel posible", declaró Arceneaux. El éxito de esta demostración mostraría el potencial para eliminar la necesidad de una comunicación constante con la Tierra para ciertas actividades, una capacidad que será cada vez más vital para futuras misiones de larga duración.
Un paso hacia la autonomía en el camino a Marte
La importancia de este proyecto va mucho más allá de las paredes de la Estación Espacial Internacional. La capacidad de recopilar, almacenar y analizar datos de salud de forma autónoma se está convirtiendo en un imperativo absoluto para la futura exploración espacial, especialmente para misiones ambiciosas como el viaje a Marte. Durante estos viajes de larga duración, los retrasos en la comunicación con la Tierra, que pueden durar hasta 20 minutos en un solo sentido, hacen que la dependencia del apoyo desde tierra sea poco práctica y arriesgada. Las tripulaciones deberán ser autosuficientes en el seguimiento de su propia salud y en la toma de decisiones. La tecnología que se está probando como parte de la misión Ax-4 sienta las bases para el desarrollo de sistemas que permitirán a los astronautas en Marte evaluar por sí mismos si están suficientemente descansados para tareas complejas como el manejo de un módulo de aterrizaje o la realización de experimentos científicos en la superficie de otro planeta.
"En última instancia, esta demostración mostrará si podemos recopilar, almacenar y analizar estos datos y capacitar a los miembros de la tripulación para que tomen decisiones sin necesidad de conectarse con la Tierra", añadió Arceneaux. "Esto forma parte de un objetivo mayor de transferir las capacidades a las que estamos acostumbrados en la Tierra al entorno de los vuelos espaciales". Este proyecto no es un incidente aislado, sino parte de una estrategia más amplia para adaptar las tecnologías comerciales existentes a los desafíos únicos del entorno espacial.
Los desafíos de dormir en gravedad cero
Dormir en el espacio es fundamentalmente diferente a dormir en la Tierra. La ausencia de gravedad provoca una serie de cambios fisiológicos que pueden alterar significativamente el descanso. Los fluidos del cuerpo se redistribuyen, acumulándose en la parte superior del cuerpo y la cabeza, lo que a menudo provoca una sensación de congestión nasal y dolores de cabeza. Los astronautas no se acuestan, sino que flotan, y deben estar sujetos en sacos de dormir a las paredes o al techo para no flotar sin control y chocar con el equipo. Aunque esto permite una relajación muscular completa, ya que el cuerpo no tiene que soportar su propio peso, la propia sensación de flotar puede ser desorientadora. Además, el ritmo circadiano, nuestro reloj biológico interno, puede verse alterado porque en la ISS los astronautas experimentan 16 amaneceres y atardeceres en un solo día. El ruido de los ventiladores y otros sistemas de soporte vital también representa una fuente constante de distracción. Por todo lo anterior, monitorear la calidad del sueño no es un lujo, sino una necesidad para preservar la salud y el rendimiento de la tripulación.
Contexto más amplio y futuro de la investigación
La misión Ax-4, que se lanzó desde Florida, despegó no antes del 10 de junio de 2025. Este proyecto encaja perfectamente en la misión del Laboratorio Nacional de la ISS, que actúa como una empresa de servicio público que permite a los investigadores del ámbito académico y del sector privado utilizar las condiciones únicas de la microgravedad. La investigación realizada en la estación no solo hace avanzar la ciencia y la tecnología para las misiones espaciales, sino que a menudo también conduce a innovaciones que mejoran la calidad de vida en la Tierra, desde el desarrollo de nuevos medicamentos hasta materiales avanzados. Esta prueba tecnológica con el anillo inteligente es un ejemplo de cómo la tecnología comercial, desarrollada originalmente para el mercado de consumo, puede adaptarse para resolver desafíos específicos en entornos extremos. A través de este tipo de proyectos, el ISS National Lab fomenta el desarrollo de un mercado sostenible y escalable en la órbita terrestre baja, sentando las bases para la futura comercialización del espacio.
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Hora de creación: 14 horas antes