El modelo estructural de la nueva misión radar europea ROSE-L acaba de superar una intensa serie de ensayos mecánicos –incluidos fuertes “sacudidas” vibratorias y cargas acústicas– que simulan las condiciones del lanzamiento y las primeras fases de vuelo. La campaña de ensayos, realizada durante cinco semanas entre octubre y finales de noviembre de 2025 en las instalaciones de Thales Alenia Space cerca de Roma, concluyó sin irregularidades, abriendo así el camino hacia la integración final del satélite operativo.
Por qué este paso es importante
ROSE-L (Radar Observing System for Europe in L-band) forma parte de la ampliación de Copernicus y representa la futura “columna vertebral radar” para la continuidad de los datos sobre la superficie terrestre, las costas y la criosfera. La banda L (longitud de onda ~24 cm) penetra más profundamente en la vegetación que la banda C de la misión Sentinel-1, lo que proporciona una señal más estable en bosques densos y en áreas agrícolas con un dosel bien desarrollado. Sobre esta ventaja física se desarrollarán nuevos productos: mapas detallados de humedad del suelo, seguimiento de la biomasa, detección de zonas inundadas, cambios de cobertura del terreno y una interferometría más robusta en zonas donde la banda C pierde la coherencia con mayor rapidez.
Qué se probó concretamente
En el “shaker” (plataforma vibratoria) se montó un modelo estructural que reproduce fielmente al futuro satélite en masa y rigidez. Se instalaron “mass dummies”, masas que simulan los módulos reales: alas de paneles solares, la gran antena de banda L, soportes y bridas. La estructura –cilindro central, cono superior, cono inferior y anillo de interfaz con el cohete– se sometió a vibraciones sinusoidales en los tres ejes principales y a ondas acústicas similares a la presión sonora durante el lanzamiento. El objetivo era demostrar que las frecuencias propias, las amortiguaciones y las tensiones locales permanecen dentro de los márgenes de diseño. Los ingenieros señalan que las respuestas medidas coinciden con los modelos numéricos y que no hay indicios de fatiga ni de delaminación de los materiales compuestos.
De la estática en Brno a la dinámica en Roma
Antes de los ensayos dinámicos, en julio de 2025 la estructura del satélite superó ensayos estáticos en SAB Aerospace en Brno (Chequia). Allí, la estructura se sometió a fuerzas cuasiestáticas que representan los casos extremos durante el lanzamiento y las maniobras. Después, el modelo se trasladó a Italia, donde pasó por la secuencia de “acústica + vibraciones”, cerrando así el ciclo de calificación a nivel estructural. Parte de los componentes del modelo estructural se reutilizarán, tras su reacondicionamiento, en el ejemplar de vuelo real, una medida típica para optimizar costes y plazos en los programas europeos.
Cadena industrial y reparto de papeles
Thales Alenia Space (TAS) es el contratista principal, responsable de la plataforma, la integración de sistema, la verificación y el apoyo durante el lanzamiento y la puesta en servicio. El radar de apertura sintética en banda L (SAR) está siendo desarrollado por Airbus Defence and Space en Alemania, tras lo cual será integrado en la plataforma de TAS. Socios de Chequia y de otros Estados miembros trabajan en la estructura y en los elementos secundarios, de modo que ROSE-L ilustra claramente la huella “paneuropea” típica de Copernicus, en la que la cadena de valor incluye a decenas de pequeñas y medianas empresas.
La antena que define la clase
La parte más reconocible de ROSE-L será la antena radar planar desplegable más grande enviada jamás al espacio, con unas dimensiones de aproximadamente 11 × 3,6 metros. En operación utiliza conformación digital de haz, polarimetría e interferometría, lo que permite «modos de operación» flexibles: desde exploraciones de gran ancho de franja hasta imágenes dirigidas de alta resolución. Según las especificaciones públicas, el modo de referencia «workhorse» (RIWS) ofrece adquisición de doble polarización con un ancho de franja de unos 260 km y una resolución espacial del orden de 50 m, con una retrodispersión equivalente de ruido (NESZ) objetivo de ~-28 dB. Así se equilibran las necesidades de los servicios para los que es importante una actualización frecuente de imágenes sobre grandes superficies.
Órbita, frecuencia de adquisición y sinergia con Sentinel-1
Se ha planificado una órbita heliosíncrona a unos 693 km. En combinación con los datos radar en banda C de Sentinel-1, ROSE-L proporcionará información complementaria: la banda C es más sensible a los cambios de la superficie y cuenta con una sólida tradición interferométrica en entornos urbanos y desnudos, mientras que la banda L estabilizará la señal en bosques y cultivos con gran masa foliar. Operativamente, el objetivo es alcanzar una renovación global de la imagen cada seis días en los modos estándar y, según la configuración de la constelación y la priorización de franjas, algunos casos de uso podrán trabajar con revisitados del orden de tres días.
Qué se medirá y quién lo necesita
Agricultura y suelo: ROSE-L seguirá de forma continua la humedad del suelo y los cambios dinámicos en la textura de la superficie, algo crucial para el riego, la estimación de rendimientos y las alertas de sequía. La banda L es especialmente adecuada para separar las señales de la vegetación y del suelo en entornos agrícolas con cobertura media y alta.
Silvicultura y biomasa: Las longitudes de onda en banda L mantienen la coherencia a través del dosel y «ven» mejor la estructura de los bosques. Esto abre la posibilidad de un seguimiento más fiable de la tala, de la sucesión secundaria y de la degradación, así como de apoyo a los inventarios de carbono.
Agua y hielo: ROSE-L complementará los productos Copernicus existentes sobre hielo marino (tipo, borde, dinámica) y hielo terrestre (movimiento de glaciares, cubierta de nieve). En combinación con Sentinel-1 y misiones ópticas, se crea un conjunto potente para las regiones polares y de montaña.
Riesgos y seguridad: Gracias a la capacidad «noche-nubes» del SAR, es posible cartografiar de forma fiable inundaciones, deslizamientos de tierra, vertidos de petróleo y otras amenazas, independientemente de las nubes o de la iluminación, con un corto tiempo de latencia en la entrega.
Datos: abiertos, rápidos y previsibles
Desde hace una década, Copernicus aplica una política de datos «free, full and open», y ROSE-L se integrará en ella. Para los usuarios operativos esto significa una planificación de adquisición previsible y una disponibilidad oportuna de los productos a través de las interfaces oficiales. El ecosistema Copernicus Data Space garantiza el acceso continuo al archivo completo y a las nuevas adquisiciones, con API para la automatización y el procesamiento cercano a los datos. Esta combinación –planes orbitales previsibles y acceso abierto– es la razón por la cual Copernicus constituye la base de muchos sistemas de alerta temprana, desde sequías e incendios hasta contaminación costera.
Después de las «sacudidas»: dónde se construye ROSE-L
La siguiente fase es la integración del verdadero modelo de vuelo en el nuevo complejo Space Smart Factory en Roma, una fábrica moderna gestionada digitalmente que Thales Alenia Space inauguró este otoño. La instalación reúne salas limpias modulares ISO 8, logística automatizada y un hilo digital continuo desde el diseño hasta las pruebas. Para misiones como ROSE-L, esto se traduce en un ciclo más rápido entre los ensayos de subsistemas y la verificación de sistema, procedimientos estandarizados y una mejor trazabilidad de configuraciones.
Sección técnica de la misión
- Instrumento: SAR en banda L con conformación digital de haz, polarimetría e interferometría; la antena planar desplegable más grande (~11 × 3,6 m) en el espacio.
- Órbita: heliosíncrona, ~693 km; cobertura global con un objetivo de revisita de seis días en los modos de referencia.
- Resoluciones/modos: modo de gran ancho de franja para la continuidad del servicio (cientos de kilómetros de ancho, ~50 m) y modos de mayor resolución para análisis dirigidos; doble polarización como estándar.
- Synergy: Diseñada para funcionar en pareja con Sentinel-1 (banda C): el concepto orbital conjunto y la cobertura de las mismas anchuras de franja permiten la fusión de datos.
- Vida útil: alrededor de 7,5 años por satélite.
- Datos: acceso abierto a través de Copernicus Data Space; estandarización prevista de los productos para los servicios Copernicus Land y Emergency.
Industria y contexto europeo más amplio
ROSE-L llega en un momento en que Europa está estabilizando su propio acceso al espacio: Ariane 6 está en servicio operativo, Vega-C ha reanudado sus vuelos y la industria está modernizando sus capacidades de producción (la Space Smart Factory de Roma es un ejemplo). Con las inversiones nacionales y los programas europeos, el objetivo es una entrega más rápida de satélites y una mayor resiliencia de las cadenas de suministro. En este sentido, ROSE-L es a la vez un proyecto tecnológico e industrial: demuestra cómo los grandes y complejos sistemas radar pueden ensamblarse en ciclos más cortos, con una mayor dependencia de la integración digital.
Horizontes temporales previstos
Según la documentación oficial de Copernicus, el lanzamiento de la misión ROSE-L está previsto para 2028 (los plazos de los grandes programas siempre son susceptibles de cambiar debido a factores de integración y lanzamiento). El periodo operativo se prevé para la primera mitad de la década de 2030, con la intención de garantizar la continuidad de servicios clave: humedad del suelo y agricultura, silvicultura, hielo marino y terrestre y servicios de emergencia.
Cómo trabajarán los usuarios con los datos
Para instituciones, medios de comunicación y empresas que ya utilizan Sentinel-1, el paso a una estrategia «C+L» significa mayor robustez y menos vacíos en las series temporales. Por ejemplo, en regiones tropicales con una masa forestal densa, la banda L atenúa el problema de la decorrelación, de modo que los productos interferométricos se vuelven viables sobre áreas más extensas. En agricultura, la fusión de las señales de Sentinel-1 (C) y ROSE-L (L) puede mejorar la detección de fases fenológicas y la estimación de la humedad del suelo en capas más profundas. En el mar, la combinación de polarizaciones y modos de oleaje facilita la separación de las señales de olas, viento y contaminación por hidrocarburos. Todo ello, junto con una política de datos abiertos, reduce las barreras de entrada para los actores del desarrollo regional y la protección civil.
Notas de ingeniería de la campaña de ensayos
Los ensayos mecánicos de este tipo no son una simple «formalidad». Las cámaras acústicas con niveles superiores a 140 dB y los shakers con excitaciones multidimensionales revelan modos de vibración ocultos y resonancias locales en los soportes y uniones de paneles. Si se detecta una desviación, los ingenieros revisan los cálculos y, si es necesario, refuerzan las zonas de nervaduras, cambian la aleación de los insertos o definen una banda de frecuencia «no go» para los mecanismos operativos durante el lanzamiento. En este caso, el equipo de proyecto de la ESA subraya que la estructura «ha superado las pruebas con excelentes resultados», lo que significa que los márgenes se han mantenido en o por encima de los valores de diseño, sin anomalías en la acumulación de tensiones ni separación de capas compuestas.
Qué sigue
En los próximos meses, la atención se centrará en la integración de la plataforma de vuelo y la recepción del instrumento. A continuación se realizarán ensayos funcionales y termovacío, verificaciones EMC y repeticiones mecánicas finales en el modelo de vuelo. En paralelo, los equipos operativos de los servicios Copernicus preparan los planes de adquisición, las prioridades de franjas y las campañas de calibración/validación sobre el terreno, para que las primeras series de datos operativos puedan entrar cuanto antes en la producción regular de productos.
Qué significa ROSE-L en la práctica para los usuarios
Para agricultores y administraciones: un control más fiable de la humedad del suelo y del estado de los cultivos en temporadas con mucha nubosidad. Para gestores forestales: estimaciones de biomasa más estables y una detección más rápida de la tala. Para servicios de rescate y protección civil: mapas de inundaciones y deslizamientos más rápidos y frecuentes, independientemente de la hora del día o de las condiciones meteorológicas. Para la comunidad científica: nuevos parámetros y mejor coherencia en regiones ricas en vegetación. Y para la ciudadanía de la UE: un argumento más de que las inversiones en infraestructuras espaciales tienen un retorno medible en forma de seguridad alimentaria, resiliencia de las comunidades y mejor gestión de los recursos naturales.
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