Sentinel-1D: preparación final para el vuelo y una nueva fase en la observación europea de la Tierra
En el puerto espacial de la costa noreste de América del Sur, se está completando una parte crucial de la campaña de lanzamiento del satélite más nuevo de la serie Copernicus Sentinel-1. Tras superar los pasos finales de integración y las detalladas comprobaciones funcionales, la nave espacial conocida como Sentinel-1D ha sido cargada de combustible y está lista para su encapsulación en la cofia del cohete. Según el plan, la encapsulación está programada para el viernes, 24 de octubre de 2025, y se espera el despegue en el nuevo lanzador pesado europeo el martes, 4 de noviembre de 2025. Con esto, se abre un nuevo capítulo para la monitorización por radar del planeta, que no depende de la luz diurna ni de las condiciones meteorológicas.
Por qué es importante Sentinel-1D y a quién beneficia
La familia de satélites Sentinel-1 es una parte integral del programa europeo Copernicus, la columna vertebral de los servicios que proporcionan datos continuos, fiables y abiertos sobre la Tierra. En la práctica, las imágenes y productos de esta misión permiten una rápida respuesta de los servicios de protección civil durante inundaciones, deslizamientos de tierra o terremotos, facilitan la vigilancia del tráfico marítimo y las fronteras estatales, ayudan a silvicultores y agricultores en la gestión de recursos, y suministran a los científicos del clima series de datos esenciales para el análisis de tendencias a largo plazo. Desde la detección de manchas de petróleo y el seguimiento de las capas de hielo, hasta la evaluación de la estabilidad de presas o la visión situacional después de ciclones: los "ojos" de radar de Sentinel son a menudo la primera fuente de información oportuna y verificable.
Con la introducción del satélite Sentinel-1D, la misión gana mayor resiliencia, un ritmo de revisita más rápido y una capacidad más amplia para proporcionar datos a los usuarios. El plan es que Sentinel-1D, una vez que esté plenamente comisionado en servicio operativo, asuma el papel y alivie a Sentinel-1A, que lleva ya once años orbitando la Tierra, mucho más allá de su vida útil originalmente planificada. De esta manera, se mantendrá la continuidad de las series temporales de datos clave, lo cual es de crucial importancia para todos los análisis que dependen de la estabilidad y comparabilidad de las mediciones a lo largo del tiempo.
Tecnología en el centro: SAR en banda C y lo que lo hace insustituible
El corazón del satélite Sentinel-1D es un Radar de Apertura Sintética (SAR) que opera en la banda C. A diferencia de los sensores ópticos que dependen de la luz solar y cielos despejados, el SAR transmite activamente señales de microondas hacia la superficie y mide el eco reflejado. Este enfoque permite la captura de imágenes de día y de noche, a través de nubes, lluvia e incluso humo. El control preciso de los modos de operación (p. ej., mapas de barrido ancho de grandes áreas, escenas enfocadas de alta resolución o pares interferométricos para medir la deformación del terreno) convierte los datos SAR en una herramienta extremadamente versátil. Los ingenieros utilizan luego algoritmos avanzados de procesamiento de señales para reconstruir imágenes y productos de medición de alta calidad geométrica y radiométrica a partir de las fases y amplitudes registradas.
Para aplicaciones prácticas, esto significa que es posible monitorizar: desplazamientos micrométricos del terreno en colinas propensas a deslizamientos, la superficie del mar y las corrientes marinas, icebergs que se desprenden y obstruyen las rutas de navegación, cambios en el tejido urbano y en infraestructuras, el desarrollo de la vegetación a lo largo de las estaciones, o el impacto de la sequía en campos y bosques. Es especialmente valiosa la técnica interferométrica (InSAR), mediante la cual se analizan las diferencias de fase de la señal de radar entre dos sobrevuelos, detectando así sutiles deformaciones de la superficie, por ejemplo, el hundimiento del terreno sobre minas o la expansión de la cámara magmática bajo un volcán activo.
Renovación más rápida de la cobertura y mayor frecuencia de datos con Sentinel-1C y Sentinel-1D
El nuevo satélite no trabajará solo. La constelación planificada cuenta con que Sentinel-1D una fuerzas con Sentinel-1C. En el momento en que ambas naves espaciales estén operativas simultáneamente, los usuarios obtendrán imágenes más frecuentes de las mismas ubicaciones, lo cual es crucial durante eventos extraordinarios cuando la situación en el terreno cambia de hora en hora. Una mayor cadencia de adquisición de imágenes también acorta el tiempo de espera para una imagen bajo cobertura de nubes; el SAR "ve" a través de las nubes de todos modos, pero la dinámica orbital y la priorización de tareas siempre establecen límites que se superan combinando plataformas.
Ambos satélites llevan también un receptor AIS (Automatic Identification System) con el que rastrean las señales de los barcos. Combinando la imagen de radar de la superficie marina y el AIS, los analistas pueden detectar más rápidamente situaciones sospechosas: un barco que navega sin el transmisor encendido, un cambio de ruta en medio de una tormenta, un círculo inusual en una zona sensible para la pesca o la protección de la naturaleza. Cuando Sentinel-1C y Sentinel-1D están en juego simultáneamente, aumenta también la frecuencia de las observaciones AIS, lo que proporciona una imagen más densa del movimiento en mares y océanos.
"Luz verde" tras la Revisión de Preparación para el Vuelo
La semana pasada se llevó a cabo una exhaustiva Revisión de Preparación para el Vuelo (Flight Readiness Review), una revisión técnica con la que los equipos confirman que la nave espacial está lista para la fase final de la campaña de lanzamiento. Este paso generalmente incluye la verificación de los resultados de las pruebas funcionales, el estado del software de vuelo y la configuración, el estado de los subsistemas encargados de la alimentación, el control térmico y las comunicaciones, así como el cumplimiento de los criterios de seguridad en la rampa de lanzamiento. La finalización de la revisión abrió el camino para la carga de combustible, y posteriormente para la preparación mecánica de la encapsulación: la colocación del satélite en la cofia protectora (fairing) que protege el sensible equipo durante el paso a través de la atmósfera.
El equipo del proyecto subraya que Sentinel-1D se encuentra en buen estado técnico y que el calendario está "al segundo" alineado con los preparativos del lanzador. Desde su llegada a la Guayana Francesa, la nave ha pasado por los últimos procedimientos de integración, pruebas de comandos y telemetría, verificaciones del comportamiento de radiofrecuencia y resistencia mecánica. Se ha puesto un enfoque especial en la configuración para el lanzamiento, que incluye el bloqueo de partes móviles, la gestión y protección de cables, y la activación de procedimientos que aseguran un estado estable del sistema hasta que el satélite entre en estado de microgravedad y se separe de la etapa superior del cohete.
Qué sigue concretamente hasta el despegue
Tras la carga de combustible y la confirmación de parámetros, los técnicos realizan la encapsulación, una operación delicada en la que el satélite se aloja en la cofia aerodinámica. Esta fase se lleva a cabo en condiciones controladas de sala limpia; cada partícula de polvo y cada cambio de temperatura o humedad se monitorea meticulosamente. Al finalizar, la "nariz" del cohete se cierra, y luego sigue el acoplamiento (mating) con la etapa superior y el resto del lanzador. En los días previos al despegue se realizan revisiones de las conexiones eléctricas, la validación final de la telemetría y un ensayo general con numerosos puntos de "go/no-go" en la línea de tiempo. Paralelamente, se monitorean las condiciones meteorológicas, el funcionamiento de los sistemas de la rampa de lanzamiento y la red de seguimiento de vuelo, para confirmar que todos los elementos de la cadena están listos para el momento T-0.
Ariane 6: un nuevo lanzador con gran capacidad
El lanzamiento de Sentinel-1D se ha confiado a Ariane 6, el lanzador pesado europeo diseñado para transportar con flexibilidad diferentes tipos de carga, desde constelaciones en órbita terrestre baja hasta misiones de investigación hacia el espacio profundo. El cohete en su configuración completa tiene más de 60 metros de altura, y su masa en el despegue, con la carga útil máxima y los tanques llenos, puede alcanzar casi 900 toneladas. El enfoque modular permite la selección de variantes con diferente número de propulsores auxiliares, lo que influye directamente en el rendimiento, el perfil de vuelo y las órbitas objetivo. Para las misiones al servicio de Copernicus, la precisión y la fiabilidad son clave, parámetros que determinan con qué precisión se insertará el satélite en la órbita deseada y cuánto tiempo necesitará para asumir sus tareas operativas.
Los protocolos de seguridad durante la campaña de lanzamiento están enfocados en minimizar riesgos: desde la supervisión controlada del combustible, que es químicamente reactivo, pasando por pruebas estáticas, hasta múltiples verificaciones independientes de los telecomandos y los sistemas de interrupción de vuelo. Se presta especial atención también a la contaminación: la limpieza de las superficies ópticas y de radar influye directamente en la calidad de los datos, y cualquier partícula microscópica puede dejar rastro en las mediciones o acelerar la degradación de los materiales en las condiciones espaciales.
Arquitectura orbital y cadencia operativa de adquisición de imágenes
La misión Sentinel-1 se basa tradicionalmente en una órbita heliosíncrona que permite una iluminación consistente de las escenas durante el ciclo de adquisición, lo cual es importante para la comparabilidad de las mediciones a lo largo del tiempo. Aunque el SAR no está limitado por la luz, una geometría de adquisición estable facilita los análisis interferométricos precisos. La disposición de las órbitas dentro de la constelación se optimiza para acortar el tiempo de revisita de las mismas áreas y mejorar la cobertura global. Durante las primeras semanas después del lanzamiento, el satélite pasa por una fase de puesta en servicio (commissioning): se despliegan las antenas y elementos que estaban bloqueados para el vuelo, se comprueban los enlaces de radio con la red de estaciones terrenas, se calibran los instrumentos y se realiza una serie de escenarios de prueba que simulan las condiciones operativas.
Una vez establecido el funcionamiento nominal, los horarios de adquisición de imágenes se vuelven cada vez más intensivos. Las prioridades las determinan las necesidades de los usuarios: las situaciones de crisis obtienen "ranuras de emergencia", mientras que las escenas rutinarias para el seguimiento a largo plazo se programan según un plan que asegura series temporales estables. Dado que los intereses son diversos, desde el Ártico y la Antártida, pasando por las rutas de navegación marítima, hasta las densas áreas urbanas, la planificación de la misión se asemeja a un rompecabezas en el que se equilibra la cobertura, la resolución y el ancho de banda limitado para la descarga de datos.
Del eco crudo al producto de usuario
Los datos que el SAR recopila en órbita son inicialmente ecos de radar crudos. En los centros terrenos pasan por múltiples etapas de procesamiento: corrección de geometría, calibración de la potencia de la señal, filtrado de ruido, georreferenciación y conversión a productos estandarizados (p. ej., Level-1 GRD y SLC). Sobre estas capas se construyen productos temáticos: mapas de áreas inundadas, mapas de cambios, estimaciones de la velocidad de deformación, detección de barcos o placas de hielo. El papel de la Unión Europea y las instituciones asociadas es asegurar que los datos sean abiertos y accesibles para todos, sin coste, para que sobre ellos pueda nacer una nueva generación de servicios comerciales y públicos.
Para los usuarios en el terreno, la clave es la latencia, el tiempo que transcurre desde el momento de la adquisición hasta que el producto llega a sus sistemas. Una constelación con dos satélites de radar activos facilita el logro de las latencias objetivo precisamente cuando aumenta la presión, por ejemplo, durante grandes inundaciones o después de un fuerte terremoto. El uso de centros de procesamiento distribuidos y redes modernas de transmisión de datos reduce aún más los cuellos de botella, y los formatos estandarizados y las API ayudan a la integración en los flujos de trabajo existentes.
Seguridad en la navegación y vigilancia marítima: sinergia de SAR y AIS
El sector marítimo se beneficia en gran medida de la combinación de escenas de radar y señales AIS. Mientras que el AIS proporciona la identidad, posición, rumbo y velocidad de los barcos que lo transmiten, el SAR detecta objetos físicos en la superficie del mar independientemente de si tienen sus transpondedores encendidos. De esta manera, se pueden observar "barcos oscuros" (dark ships), detectar cambios repentinos de ruta o reconocer movimientos típicos de la pesca ilegal. La mayor frecuencia de observaciones cuando Sentinel-1C y Sentinel-1D trabajan en tándem permite a los centros operativos una visión más realista de la situación, especialmente en áreas con tráfico denso o condiciones meteorológicas adversas.
Para las administraciones responsables de la protección del medio ambiente, las imágenes de radar también sirven como herramienta para la detección temprana de la contaminación marina. Las manchas de petróleo tienen una firma de radar específica porque atenúan las ondas cortas en la superficie, por lo que en las imágenes SAR se ven como áreas oscuras de diversas geometrías. Con el procesamiento y la validación adecuados desde satélites y desde el aire, los servicios pueden dirigir recursos más rápidamente y organizar intervenciones.
Aplicaciones climáticas y geocientíficas: de glaciares a islas de calor urbanas
En el contexto del cambio climático, un archivo de radar continuo es clave para monitorizar el movimiento de los glaciares, la deformación del permafrost, los cambios en la humedad estacional del suelo y el impacto de eventos meteorológicos extremos en la infraestructura. El SAR es particularmente potente para evaluar cambios estructurales, por ejemplo, cómo se mueve el terreno después de una sequía o cómo reacciona una presa a los cambios en el nivel del agua. En áreas urbanas, las series interferométricas ayudan a evaluar la estabilidad de terraplenes, túneles y edificios altos, mientras que su combinación con otros datos (p. ej., temperaturas, topografía y flujos de tráfico) permite comprender mejor la formación y expansión de las islas de calor urbanas.
Equipos y socios: industria, agencias y comunidad de usuarios
Detrás de cada misión espacial se encuentra una amplia red de expertos. En el caso de Sentinel-1D, los socios industriales desarrollaron la plataforma y los instrumentos, las agencias lideraron la validación sistemática, la certificación y la integración, y las comunidades de usuarios ya han preparado escenarios y herramientas de software que aprovecharán los nuevos datos lo antes posible. El director del proyecto de la misión destaca la perseverancia y dedicación de los equipos, desde aquellos que trabajaron en el ensamblaje de la antena y las cadenas de RF, pasando por especialistas en la resistencia de la electrónica a la radiación, hasta expertos en la segmentación terrestre y la distribución de datos. Esta coordinación permitió que todas las tareas superpuestas se completaran a tiempo y que el satélite estuviera "en buena forma" para enfrentar el exigente entorno del lanzamiento y el vuelo.
Logística en el terreno: de la sala limpia a la rampa de lanzamiento
La preparación del satélite en la Guayana Francesa comienza con su transporte en contenedores especiales con temperatura y humedad controladas. A su llegada, los equipos realizan inspecciones visuales, comprueban los indicadores de impacto y los sensores de vibración, y luego sigue un cuidadoso desembalaje en la sala limpia. Los pasos de integración incluyen la conexión de la generación solar, los conjuntos de RF y el cableado, tras lo cual vienen las pruebas funcionales. Antes de cargar el combustible, se comprueba también la hermeticidad de los tanques y la calibración de válvulas y sensores. Cada paso tiene listas de control detalladas, y cualquier desviación de los valores nominales abre registros de "no conformidad" (non-conformance) que se resuelven de inmediato o, si es necesario, se escalan.
Cómo serán las primeras semanas después de la separación del cohete
Al entrar en la órbita objetivo, el satélite pasa por la fase temprana de operaciones (LEOP), en la que la prioridad es la estabilización, el establecimiento de la comunicación y la salud básica del sistema. Siguen los procedimientos de despliegue y desbloqueo, tras lo cual comienza el encendido gradual del instrumento. Las primeras imágenes "de ingeniería" sirven para comprobar los coeficientes de calibración y el comportamiento del radar en diferentes modos de operación. Paralelamente, se ajusta la orientación de la antena, se sincronizan las fuentes de reloj y se comprueba el rendimiento de los componentes expuestos al vacío bajo la influencia del ciclo térmico de la órbita. Solo después de que se cumplan todos los criterios, las imágenes comienzan su distribución regular a los usuarios.
Conexión con la comunidad y desarrollo de nuevos servicios
El ecosistema en torno a los datos de Copernicus crece año tras año: startups, institutos científicos, servicios públicos y medios de comunicación desarrollan aplicaciones que convierten los píxeles de satélite en historias comprensibles y herramientas operativas. La llegada de Sentinel-1D impulsará una nueva generación de soluciones, desde herramientas para la evaluación del riesgo de inundación a nivel municipal, pasando por el seguimiento de obras y el cambio de uso del suelo, hasta servicios para aseguradoras que desean cuantificar con mayor precisión la exposición de las infraestructuras. Dado que los datos son abiertos, las barreras de entrada son más bajas, y la clave es la capacidad de extraer de la multitud de información aquello que marca la diferencia para el usuario en su trabajo diario.
Qué significa este paso para la continuidad de la misión
La estabilidad de las series temporales de radar es la base de la calidad de muchos análisis. Reemplazar o aliviar al miembro más antiguo de la constelación, Sentinel-1A, con una nueva nave espacial significa que no hay interrupción en la disponibilidad de datos y que se pueden continuar realizando comparaciones de calidad sin saltos ni lagunas. Desde el punto de vista de la ingeniería, esto requiere una cuidadosa calibración cruzada entre plataformas, la comprobación de la coherencia de la geolocalización y la radiometría, y la documentación transparente de todos los cambios en el modo de operación, para que los usuarios puedan tener en cuenta eventuales matices en sus modelos.
Dónde seguir el desarrollo de la historia e información adicional
A medida que se acerca el 4 de noviembre de 2025, crece el interés del público y los expertos. Nuestro portal, de acuerdo con su política de apertura e información precisa, seguirá regularmente todos los pasos: desde la encapsulación el 24 de octubre, pasando por el acoplamiento con el lanzador, hasta el día del lanzamiento y las primeras señales desde la órbita. Para registros temáticos más detallados y explicaciones de términos clave, los lectores también pueden visitar nuestras páginas temáticas: Copernicus, Sentinel-1, Ariane 6 y Tecnología SAR, donde publicaremos regularmente guías, visualizaciones y ejemplos de aplicaciones de datos en la práctica.
Glosario de términos para orientarse rápidamente
- SAR (Radar de Apertura Sintética): un sensor activo que transmite una señal de microondas y mide el eco, permitiendo la captura de imágenes independientemente de las nubes y la iluminación.
- Banda C: una porción del espectro de microondas (alrededor de 4–8 GHz) adecuada para observar estructuras de la superficie, vegetación y el mar.
- Interferometría (InSAR): una técnica que calcula deformaciones de la superficie y otros parámetros a partir de la comparación de la información de fase de dos o más imágenes SAR.
- AIS (Automatic Identification System): un sistema de identificación automática de barcos que transmiten datos sobre su posición, rumbo y velocidad.
- Encapsulación: colocación del satélite en la cofia aerodinámica del cohete que lo protege durante el lanzamiento.
- Flight Readiness Review (Revisión de Preparación para el Vuelo): una revisión formal de la preparación de la nave espacial y los sistemas asociados para la fase final de la campaña y el lanzamiento.
- Commissioning (Puesta en servicio): la fase posterior al lanzamiento en la que se calibran los instrumentos y se prueban los sistemas antes de la operación operativa completa.
Fechas clave y qué significan para los usuarios de datos
21 de octubre de 2025 – el día de hoy trae la confirmación de que el satélite está cargado de combustible y listo para el siguiente paso. 24 de octubre de 2025 – encapsulación planificada, tras la cual seguirá el acoplamiento con el lanzador y una serie de comprobaciones finales. 4 de noviembre de 2025 – lanzamiento planificado de Ariane 6 con Sentinel-1D en la cima. Con la exitosa realización de estos pasos, los usuarios pueden esperar un acortamiento del intervalo de revisita y entregas más rápidas de productos en los momentos más críticos, especialmente durante eventos extraordinarios cuando los datos frescos son más necesarios.
Cómo se preparará la comunidad para la llegada de nuevos datos
Las organizaciones que trabajan a diario con imágenes de radar ya están actualizando sus protocolos para "capturar" los primeros flujos de Sentinel-1D. Esto incluye la adaptación de flujos de trabajo de procesamiento automatizados, el emparejamiento de nuevas imágenes con archivos existentes, el establecimiento de conjuntos de datos de referencia para validación y pruebas de rendimiento, y la recalibración de umbrales en los sistemas de detección de cambios. Los desarrolladores están integrando soporte para nuevos identificadores de escena y metadatos, y los servicios operativos están comprobando que los sistemas de alarma, los paneles de control y los procedimientos de información estén listos para el mayor volumen y ritmo de datos.
Actualización de la cadena de valor: de la academia a la industria
El éxito de una misión no se mide solo por la calidad del hardware o la precisión de la órbita, sino también por el grado de adopción de los datos en los procesos reales. Las comunidades académicas esperan mejores condiciones para comparar modelos y desarrollar nuevas metodologías en geociencias, mientras que la industria busca una fuente de información robusta y predecible para decisiones operativas. Desde el sector energético que supervisa los corredores de las líneas eléctricas y el riesgo de deslizamientos, hasta el transporte y la logística que necesitan mapas actualizados del estado en mar y tierra, la expansión de la capacidad de Sentinel-1 se traduce directamente en beneficios operativos medibles.
El panorama general: acceso autónomo al espacio y soberanía tecnológica europea
Ariane 6 y misiones como Sentinel-1 forman conjuntamente la columna vertebral del acceso europeo al espacio, en el que se busca simultáneamente la soberanía tecnológica, la sostenibilidad y la ciencia abierta. Un lanzador fiable reduce la dependencia de proveedores externos de servicios de lanzamiento, mientras que el acceso abierto a los datos fomenta la innovación y la competencia en el mercado. En un momento en que la información es la moneda más valiosa, un programa estable y predecible de observación de la Tierra es una de las inversiones más importantes en seguridad, economía y ciencia.
Hora de creación: 21 octubre, 2025