Imagine poder conocer la edad real de su corazón, independientemente del número de velas en su pastel de cumpleaños. Nuevos descubrimientos científicos y herramientas innovadoras ahora lo hacen posible, y los resultados son para muchos sorprendentes y aleccionadores. El estudio más reciente, liderado por expertos de Northwestern Medicine, ha revelado un hecho alarmante: la mayoría de los adultos en los Estados Unidos tienen un corazón que es biológicamente más viejo que su edad cronológica. Esta discrepancia, llamada "edad del corazón", a veces supera la edad real en más de una década, señalando un riesgo silencioso pero grave de enfermedad cardiovascular.
En el centro de esta investigación se encuentra una revolucionaria calculadora gratuita en línea diseñada para remodelar la forma en que entendemos y comunicamos los peligros que amenazan a nuestro órgano más importante. En lugar de porcentajes abstractos y probabilidades estadísticas, esta herramienta evalúa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y lo traduce a un concepto fácil de entender: la edad de su corazón. De esta manera, las estadísticas áridas se vuelven personales y tangibles, animando a las personas a cuidar de forma proactiva su propia salud.
Un nuevo paradigma en la evaluación del riesgo cardiovascular
Tradicionalmente, los médicos han explicado a los pacientes el riesgo de enfermedades cardíacas utilizando porcentajes. Una frase como: "Hay un 8% de probabilidad de que sufra un infarto en los próximos 10 años" no suena excesivamente alarmante para muchos. Sin embargo, cuando esa misma información se reformula como: "Su corazón tiene 65 años, aunque usted tiene 55", el mensaje se vuelve considerablemente más fuerte y claro. Precisamente ese es el objetivo de la nueva calculadora, que se basa en ecuaciones avanzadas de la Asociación Americana del Corazón, conocidas como PREVENT.
Este enfoque innovador utiliza datos de salud rutinarios que la mayoría de la gente conoce o puede obtener fácilmente durante un chequeo médico regular. Los parámetros clave incluyen los valores de la presión arterial, el nivel de colesterol en sangre, el estado de fumador y la presencia de diabetes. Mediante el análisis de estos factores, el algoritmo calcula la "edad del corazón" como un número concreto de años. El equipo científico detrás de esta herramienta enfatiza que no es un sustituto de un examen clínico profesional, sino que está diseñada como una poderosa ayuda que debe usarse en consulta con un médico. El objetivo es fomentar un diálogo más abierto y eficaz entre pacientes y profesionales de la salud sobre medidas preventivas.
La Dra. Sadiya Khan, autora principal del estudio y profesora de epidemiología cardiovascular en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, quien lideró el desarrollo de las ecuaciones PREVENT, expresó su esperanza de que esta herramienta ayude a informar mejor sobre las terapias que pueden prevenir que un ataque cardíaco, un derrame cerebral o una insuficiencia cardíaca ocurran alguna vez. A través de un enfoque personalizado, el riesgo abstracto se convierte en un problema concreto que requiere atención y acción inmediatas.
Resultados impactantes de un estudio nacional exhaustivo
Para evaluar la eficacia y relevancia de la calculadora de la edad del corazón, la Dra. Khan y su equipo realizaron un análisis exhaustivo en una muestra representativa de más de 14,000 adultos estadounidenses. En el estudio se incluyeron individuos de 30 a 79 años, que participaron en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) en el período de 2011 a 2020. Un criterio importante para la participación fue que ninguno de los encuestados tuviera antecedentes de enfermedades cardiovasculares, asegurando así que se evaluara el riesgo primario.
Los hallazgos fueron devastadores. En promedio, las mujeres tenían una edad del corazón de 55.4 años, mientras que su edad cronológica promedio era de 51.3 años, lo que representa una brecha de más de cuatro años. En los hombres, la situación era aún más preocupante. Su edad promedio del corazón era de 56.7 años, en comparación con una edad cronológica promedio de 49.7 años, lo que supone una diferencia de hasta siete años. Estos datos promedio indican un problema generalizado de "envejecimiento acelerado" del corazón en la población.
Las desigualdades sociales como espejo de la salud del corazón
El estudio fue un paso más allá y reveló profundas desigualdades estrechamente relacionadas con el estatus socioeconómico y la pertenencia racial. La brecha entre la edad del corazón y la edad cronológica fue significativamente mayor entre las personas con un nivel educativo más bajo y entre los miembros de ciertas minorías raciales y étnicas. Por ejemplo, entre los hombres con como máximo un diploma de escuela secundaria, casi un tercio tenía un corazón que era más de 10 años mayor que su edad real.
El análisis por pertenencia racial reveló diferencias aún más dramáticas. Los hombres afroamericanos tenían una edad del corazón que en promedio era hasta 8.5 años superior a su edad real. Les seguían los hombres hispanos con una diferencia de 7.9 años, los hombres asiáticos con 6.7 años y los hombres blancos con una diferencia de 6.4 años. Se observó un patrón similar, aunque algo menos pronunciado, en las mujeres. Las mujeres afroamericanas tenían una brecha de 6.2 años, las mujeres hispanas de 4.8 años, las mujeres blancas de 3.7 años y las mujeres asiáticas de 2.8 años. Estos datos indican claramente que las desigualdades sistémicas, incluido el acceso a la atención médica, la calidad de la nutrición, el nivel de estrés y las condiciones de vivienda, tienen un impacto directo y medible en la salud del corazón.
La prevención es clave, especialmente para las generaciones más jóvenes
A pesar de los significativos avances en la medicina y la salud pública, las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos siguen siendo la principal causa de muerte en los Estados Unidos y en la mayor parte del mundo desarrollado desde hace más de un siglo. La Dra. Khan señala que una de las razones clave de esta estadística devastadora es el hecho de que muchos adultos, que se beneficiarían enormemente de la atención preventiva, no la reciben. Muchas personas que deberían tomar medicamentos para reducir el riesgo de un ataque cardíaco o un derrame cerebral simplemente no están en esas terapias, a menudo porque ni siquiera son conscientes de su nivel de riesgo.
Aquí es precisamente donde entra en juego el concepto de la edad del corazón. Es especialmente importante para los adultos más jóvenes, que a menudo no piensan en la salud a largo plazo de su corazón. El conocimiento de que su corazón envejece más rápido que el resto de su cuerpo puede servir como un fuerte impulso motivador para cambiar los hábitos de vida. "Lo más importante es que en nuestro arsenal tenemos opciones muy buenas y efectivas que pueden ralentizar ese envejecimiento del corazón, pero solo si lo identificamos a tiempo", enfatiza la Dra. Khan. Las medidas preventivas incluyen una amplia gama de intervenciones, desde ajustes en la dieta y actividad física regular hasta dejar de fumar y manejar el estrés, así como la introducción oportuna de medicamentos para controlar la presión arterial y el colesterol.
El equipo de científicos de la Universidad Northwestern ahora planea realizar más investigaciones para determinar si presentar el riesgo de esta manera innovadora realmente mejorará los resultados del tratamiento y ayudará a las personas a comprender mejor la necesidad de terapias preventivas. El objetivo final es empoderar a los pacientes con conocimiento y proporcionarles una herramienta que les ayudará, en colaboración con sus médicos, a tomar decisiones informadas y a tomar el control del futuro de su salud cardiovascular.
Fuente: Northwestern University
Hora de creación: 7 horas antes