La revolución en los quirófanos de todo el mundo ya no es una visión de futuro, sino el presente. La cirugía robótica, el pináculo tecnológico de la medicina moderna, está experimentando un crecimiento exponencial y convirtiéndose en el estándar en numerosas disciplinas médicas. Al proporcionar a los cirujanos una precisión, control y visualización sin precedentes, esta tecnología está transformando la realización de procedimientos complejos. Utilizando sistemas sofisticados como la plataforma Da Vinci, los cirujanos manejan brazos robóticos con una destreza excepcional, realizando procedimientos mínimamente invasivos que resultan en incisiones más pequeñas, menor pérdida de sangre, estancias hospitalarias más cortas y una recuperación más rápida del paciente. Solo en los Estados Unidos, durante 2024 se realizaron aproximadamente 2,63 millones de estos procedimientos, lo que representa un aumento de casi el 20 % en comparación con el año anterior. Sin embargo, con este vertiginoso avance de la tecnología surge un desafío clave: ¿cómo educar adecuadamente a la nueva generación de cirujanos para trabajar en este entorno de alta tecnología? En la Universidad de California, San Francisco (UCSF), una de las pioneras en este campo, han encontrado una respuesta innovadora y única a esta pregunta.
En el corazón del Laboratorio de Habilidades Quirúrgicas de la UCSF, el Dr. Alan Zambeli-Ljepovic, residente de cirugía, se sienta frente a una consola que recuerda a un sofisticado videojuego de arcade. Sus dedos están insertados con precisión en los lazos de control y sus pies descansan sobre los pedales. Con un movimiento de su muñeca, el robot quirúrgico de casi dos metros de altura a su lado cobra vida. Desde la distancia, el Dr. Zambeli-Ljepovic controla cuatro enormes brazos robóticos. Un movimiento de muñeca es suficiente para que el brazo equipado con un bisturí realice una incisión precisa en un hígado, adquirido en una carnicería local para practicar. Un toque del pie en un pedal activa la electricidad para la cauterización. Su única ventana al campo quirúrgico es una cámara de alta resolución montada en uno de los brazos robóticos, que proporciona una vista ampliada y tridimensional. No puede ver directamente cómo los brazos robóticos se mueven a una proximidad milimétrica entre sí. Esa supervisión crucial es responsabilidad de la Dra. Hueylan Chern, directora del laboratorio y profesora de cirugía, quien hoy imparte instrucción individual a los residentes. "Piensa en cómo vas a usar tu brazo estático para preparar este corte", le aconseja. "Cuando yo opero, conozco casi todos los pasos de antemano: sé lo que hará el primer brazo, lo que hará el segundo".
Superando la brecha educativa
La cirugía asistida por robot está en auge en campos como la urología, la ginecología y los procedimientos gastrointestinales, y su aplicación no hará más que expandirse. La tecnología permite a los cirujanos trabajar en espacios extremadamente reducidos dentro del cuerpo, lo que conduce a procedimientos menos invasivos y una recuperación más rápida del paciente. Sin embargo, el modelo tradicional de educación quirúrgica, con siglos de antigüedad, encuentra obstáculos. Los estudiantes de medicina siempre han aprendido de pie junto a la mesa de operaciones, observando y asistiendo. En el mundo de la cirugía robótica, el cirujano principal está físicamente separado del paciente, situado en una consola. El área alrededor de la mesa se llena de gente: anestesiólogos, enfermeras, técnicos y asistentes comparten el espacio con un robot de casi un metro de ancho. En esta nueva disposición, como señaló la Dra. Chern, simplemente ya no había lugar para los estudiantes de medicina. "Los aprendices están físicamente separados del equipo quirúrgico. Notamos que no estaban seguros de dónde debían estar; a veces simplemente se sentaban en un rincón y miraban la transmisión en una pantalla", explica Chern. "Simplemente no se sentían incluidos".
Para salvar esta brecha, la Dra. Chern y los estudiantes de medicina de la UCSF desarrollaron conjuntamente el primer programa de este tipo en el mundo. Se trata de certificar a los estudiantes de último año de medicina para el papel de asistente de cabecera (bedside assistant) durante las cirugías robóticas. Este papel es crucial para la realización segura y eficiente del procedimiento. Una vez capacitados, los asistentes posicionan el robot antes y después de la cirugía, cambian los instrumentos quirúrgicos en los brazos robóticos y ayudan a garantizar que los numerosos brazos del robot se muevan de forma segura uno junto al otro durante el procedimiento. Este programa ofrece a los estudiantes de medicina una visión incomparable de la tecnología que está dando forma al futuro de la cirugía, aumentando así significativamente su competitividad al postularse a prestigiosos programas de residencia.
De observador a participante activo: Desarrollo de un programa innovador
La Dra. Anya Edwards, residente de cirugía que se graduó en 2023, recuerda bien sus días de estudiante observando cirugías robóticas. "A veces ni siquiera me preparaba para la cirugía, simplemente me sentaba a un lado", recuerda. "Nunca me sentí integrada porque no tenía un papel definido". Siendo aún estudiante, en 2021, Edwards, en colaboración con la Dra. Chern y el Laboratorio Quirúrgico, desarrolló y puso a prueba un plan de estudios de simulación para estudiantes. El programa combinaba el aprendizaje en línea con ejercicios prácticos en el robot. En el diseño del programa también participaron el Decano Asociado de la Facultad de Medicina, el Dr. Adnan Alseidi, la Directora de Investigación en Educación Médica, la Dra. Patricia O'Sullivan, y el profesor asociado de cirugía, el Dr. Shareef Syed. El proyecto piloto de 2021 fue un éxito extraordinario. La investigación realizada por Edwards con los profesores en 2023 demostró que casi todos los estudiantes participantes declararon que el programa los preparó mejor para sus rotaciones quirúrgicas y para entrar en el mundo de la cirugía.
Ese exitoso piloto se convirtió en la base del programa oficial de certificación de asistentes, que fue desarrollado por la Dra. Chern y la Dra. O'Sullivan, junto con las residentes de cirugía y educadoras del laboratorio, la Dra. Camilla Gomes y la Dra. Alyssa Murillo. "Estoy agradecida por la cultura de la UCSF que promueve este tipo de apertura y permite a los estudiantes asumir este papel como parte de su educación", destaca la Dra. Gomes.
Estructura de la certificación: El camino al quirófano
El programa de certificación para asistentes de cabecera está cuidadosamente estructurado para garantizar tanto una educación de calidad como la máxima seguridad del paciente. El proceso comienza con un módulo en línea que familiariza a los estudiantes con el robot, sus numerosos botones, brazos y pedales. Después, la Dra. Gomes y la Dra. Murillo guían a pequeños grupos de estudiantes a través de ejercicios prácticos. En el laboratorio, aprenden a manipular los brazos robóticos, cambiar instrumentos y limpiar la cámara. Al completar esta parte de la formación, los estudiantes reciben una pegatina con un robot de dibujos animados para poner en sus tarjetas de identificación. Esta pegatina indica al personal de los quirófanos de la UCSF en los campus de Parnassus y Mission Bay que el estudiante es un asistente certificado. Aunque entonces pueden empezar a participar en las cirugías, su entrada en la práctica es gradual. Inicialmente, trabajan en parejas con asistentes ya experimentados durante una serie de procedimientos, antes de asumir el papel de asistente principal. Durante todo el proceso, los aprendices reciben correos electrónicos semanales con controles de su progreso y comentarios de los cirujanos y equipos con los que han trabajado. Este enfoque cauteloso establece un equilibrio entre ofrecer oportunidades educativas excepcionales y una seguridad del paciente sin concesiones.
Una ventaja competitiva para los futuros cirujanos
Hasta ahora, más de una docena de estudiantes han completado con éxito el programa y se han convertido en asistentes certificados. Muchos de ellos destacan cómo esta experiencia ha fortalecido su interés en la cirugía robótica y los ha convertido en candidatos significativamente más competitivos para programas de residencia de renombre. Jessica Santhakumar, estudiante de medicina y asistente certificada, sueña con colaborar con la industria de dispositivos quirúrgicos después de convertirse en cirujana. Obtuvo su certificado en abril y desde entonces ha asistido en más de una docena de cirugías robóticas. "Al principio daba mucho miedo, pero nuestros instructores nos advirtieron que estaríamos nerviosos y nos animaron a dar lo mejor de nosotros y a pedir ayuda cuando la necesitáramos", recuerda. "Simplemente me acerqué a la enfermera instrumentista y le dije que era mi primera o segunda vez asistiendo y que me encantaría aprender de ella. Todo el equipo me preparó para el éxito". Hoy, Santhakumar participa regularmente en cirugías en el Centro Médico Helen Diller en Parnassus Heights. "Animo a todos mis amigos que se postulan para una residencia en cirugía general a que realicen esta formación porque realmente nos ayuda a destacar en nuestras rotaciones", añade.
En julio de este año, la Dra. Chern recibió el más alto reconocimiento nacional en el campo de la educación quirúrgica por este innovador programa, al ser admitida en la Academia de Maestros Cirujanos Educadores del Colegio Americano de Cirujanos (American College of Surgeons Academy of Master Surgeon Educators). Este logro confirma la posición de la UCSF como líder nacional, no solo en la aplicación, sino también en la enseñanza de la cirugía robótica. "Lo que es realmente maravilloso de este trabajo es la contribución que yo, como estudiante, y otros estudiantes tuvimos en la creación de este plan de estudios, porque en última instancia está destinado a los estudiantes", dice la Dra. Edwards. "Es un hermoso ejemplo de diseñar un programa junto con las personas a las que está destinado".
Hora de creación: 8 horas antes