Hay historias de lealtad que trascienden la concepción habitual del turismo y se convierten en una conexión profunda y vitalicia con un lugar determinado. Una de esas historias, especialmente conmovedora, nos llega desde la pintoresca Nerezine en la isla de Lošinj, donde un matrimonio de Alemania está escribiendo ya el cuadragésimo capítulo de su crónica veraniega. Para Helmut y Elisabeth Zallinger de Baviera, Nerezine no es solo un destino, sino un segundo hogar al que viajan incansablemente durante ocho horas, a veces incluso dos veces al año, para sumergirse en la combinación única de bellezas naturales, silencio y opulencia gastronómica que ofrece esta parte del Kvarner.
Cuatro décadas de la magia de Nerezine
Su odisea en Lošinj comenzó hace exactamente cuatro décadas. El primer encuentro con la isla tuvo lugar en el regazo de la naturaleza, en el camping Lopari, un lugar que para muchos fue entonces la primera ventana al mundo del archipiélago de Lošinj. Los recuerdos de aquellos primeros días, de la sencillez de acampar y la naturaleza virgen, todavía hoy les provocan una sonrisa. Con los años, el deseo de una inmersión más profunda en la vida local los llevó hacia el alojamiento privado. Explorando las posibilidades, descubrieron la calidez y la hospitalidad que proporciona el contacto directo con los anfitriones. Esa búsqueda del rincón perfecto los llevó hace quince años a las puertas de Marina Vešković, donde su relación de huésped y arrendador se transformó en una amistad sincera y duradera. "Después de tantos años, es una secuencia completamente natural. Se convierten en amigos, casi en familia. Compartimos historias, esperamos con ansias cada nuevo encuentro", explica con calidez la señora Vešković, cuyos apartamentos para los Zallinger representan no solo un alojamiento, sino un refugio. Su historia atestigua cómo la elección del alojamiento adecuado en Nerezine puede ser la base para una lealtad a largo plazo y la creación de recuerdos inolvidables.
Descubriendo las joyas ocultas del archipiélago de Lošinj
Aunque relajarse junto al mar cristalino se ha convertido en su actividad favorita en sus años más maduros, el espíritu de exploración nunca ha abandonado a esta pareja vital. Su amor por Lošinj no se limita solo a la costa de Nerezine. Al menos una vez al año, durante décadas, se embarcaron en la aventura de conquistar Osoršćica, la montaña que se extiende a lo largo de la parte norte de la isla. Osoršćica no es una simple colina; es la primera montaña de las islas del Adriático que atrajo a turistas organizados ya en el siglo XIX, y desde su cima, Televrin, se ofrece una vista que quita el aliento: a todo el archipiélago de Lošinj y Cres, la costa de Istria, y en días claros, incluso a los contornos de Italia. Sus excursiones de senderismo fueron un viaje a través de la historia del turismo y la naturaleza. Con el mismo fervor visitaban también Lubenice en la vecina isla de Cres, un antiguo asentamiento de piedra situado en un acantilado de casi 400 metros de altura, desde donde se extiende una vista irreal a la playa de Sveti Ivan, una joya escondida en las profundidades. También se hacían a la mar con gusto, en excursiones en barco hacia islas más pequeñas pero únicas. La isla de Susak, con sus playas de arena, su dialecto único y su vistoso traje popular, les ofrecía una visión de un mundo completamente diferente. Por otro lado, la isla de Unije, un oasis de paz sin coches, con extensos olivares y calas escondidas, era su refugio para escapar de todo.
Nerezine – un oasis de paz en el corazón del Kvarner
A la pregunta de por qué precisamente Nerezine, y no otro lugar quizás más famoso de la isla como Mali Lošinj, la respuesta es clara y decidida. "Nerezine es diferente. Aunque el mundo ha cambiado y la globalización ha dejado su huella, este lugar ha logrado conservar su alma y su medida. Aquí todavía no hay turismo de masas ni aglomeraciones excesivas que ahogan la autenticidad. Eso es precisamente lo que valoramos", explican Helmut y Elisabeth. Su período favorito para visitar es junio. Entonces la naturaleza florece, las temperaturas son ideales y los días son los más largos. Es un momento en el que se puede experimentar plenamente la tranquilidad del lugar, antes de que el bullicio del verano alcance su punto álgido. Los rituales diarios también incluyen disfrutar de la gastronomía local. Los restaurantes y tabernas de Nerezine son para ellos un escenario en el que se presentan los mejores sabores de la isla: desde pescado recién capturado, cigalas del Kvarner hasta cordero de la isla y especialidades aderezadas con hierbas silvestres. Esta combinación de paz, naturaleza y comida excelente convierte a Nerezine en la fórmula para unas vacaciones perfectas a las que siempre regresan.
Recuerdos y presente: El desarrollo a través de los ojos de huéspedes leales
También recuerdan los tiempos de hace casi cuatro décadas, cuando la principal conexión con el continente era la línea de ferry Brestova-Porozina, la misma por la que todavía hoy prefieren viajar, considerándola la entrada más pintoresca al mundo del archipiélago. A lo largo de los años, han sido testigos de numerosos cambios y del desarrollo del lugar. Les impresionaron especialmente las recientes intervenciones en el corazón mismo de Nerezine. La remodelación de la Plaza Studenac y su transformación en una zona peatonal es una medida que elogian de todo corazón. "La plaza se ha convertido en una verdadera sala de estar del lugar, un sitio seguro y maravilloso para pasear y socializar, sin el ruido y el peligro de los coches", señalan. Esta transformación positiva ha elevado aún más la calidad de la estancia y ha demostrado que el lugar se desarrolla con cuidado por sus residentes y visitantes. Ni siquiera ven las actuales obras de construcción en algunas partes de Nerezine como un problema, sino como un paso lógico en la mejora continua de la infraestructura, conscientes de que el desarrollo es un proceso imparable. Para ellos es importante que este desarrollo no perturbe la atmósfera fundamental del lugar, lo que, en su opinión, se logra con éxito en Nerezine.
Reconocimiento a una lealtad que inspira
Una lealtad tan larga y sincera no podía pasar desapercibida. En señal de gratitud, el director de la Oficina de Turismo de la Ciudad de Mali Lošinj visitó personalmente a la familia Zallinger para entregarles regalos apropiados y una carta de agradecimiento. Un paquete de productos con la etiqueta "Lošinj Local Products" –que reúne lo mejor de la isla, desde licor de mirto, aceite de oliva hasta cosméticos naturales– fue una forma simbólica de que la isla les agradeciera por haberla reconocido y amado. El director expresó su admiración por su lealtad y la esperanza de que su historia en Nerezine continúe por muchos años más. Este encuentro fue más que una formalidad; fue un momento emotivo que celebra el profundo vínculo creado entre las personas y un lugar, un vínculo que es el mejor embajador del turismo de Lošinj y la prueba de que la verdadera calidad y la hospitalidad siempre se reconocen y se aprecian.
ALOJAMIENTO CERCANO
Nerezine
Nerezine, Croacia
Hora de creación: 5 horas antes